Borrar
La F-1 del windsurf toma Las Cucharas

La F-1 del windsurf toma Las Cucharas

La llagada del hydrofoil está revolucionando el windsurf y su forma de practicarlo. Las Cucharas, en Costa Teguise, uno de los escenarios con mejores condiciones de Europa, reúne a una veintena de los mejores winsurfistas del mundial, que estos días entrenan y prueban esta nueva modalidad.

Jueves, 1 de enero 1970

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La playa de Las Cucharas, en Costa Teguise, no podía quedarse atrás en esta modalidad que está levantando auténticas pasiones y que está cambiando la práctica este deporte. Si en los años 70, la llegada del windsurf cambió la forma de entender la vela, al permitir de una forma más sencilla la navegación individual; y en los 80 aparecieron las tablas cortas, sin orza, donde los surfistas planeaban a gran velocidad, la llegada ahora del hydrofoil, permite literalmente volar sin casi presencia de viento.

El hydrofoil consiste en una quilla de tres piezas, un mástil de aproximadamente un metro, el ala principal que le da la suspensión a la tabla y el estabilizador trasero. Incorporada a la tabla, se consigue que con poco viento (apenas 6 nudos) se puedan alcanzar velocidades de entre 20 a 25 nudos. Algo hasta ahora desconocido. De este modo, se puede practicar windsurf a altísimas velocidades, cuando antes era casi inviable navegar en estas condiciones, sin viento fuerte. De esta forma la mayor parte de los amantes de este deporte, que muchos días del año se quedan sin navegar por falta de viento, con el hydrofoil ya pueden hacerlo todos los días del año.

Además, esta artilugio permite que ya no sean necesarias velas tan grandes para navegar a gran velocidad y al no haber rozamiento de la tabla con el mar, se cogen velocidades endiabladas y trasluchadas extremas.

El hydrofoil, que también se utiliza en regatas espectaculares como la Copa América y los Tornado, según los expertos, alcanza su cima en el windsurf, convirtiéndose en los F-1 de la vela.

Uno de sus precursores en la isla es el windsurfista Erik Yoldjoglou, vinculado a la escuela Fanatic, en pleno corazón de Las Cucharas, que estos días ha organizado un encuentro que congrega a algunos de los mejores windsurfistas del mundo, entrenando para el mundial (que este año por primera vez incorpora una prueba de hydrofoil) y probando sus equipos.

Para Alex Cousin, que estos días prepara el campeonato del mundo en aguas lanzaroteñas, probando este tipo de material, el hydrofoil es el futuro de este deporte, pues «permite volar sin casi viento, da mayor margen de rumbo, no hay estela, ni rozamiento con el mar y las sensaciones son increíbles». Similar opinión tiene Kurosh Kiani, campeón de Dinamarca en la modalidad de slalon, que dice que «es lo más parecido a volar».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios