La lluvia no acaba con la sequía
Canarias registró un mes “frío a muy frío” en diciembre, que “rompió la tendencia” de alza de las temperaturas del resto del año, dando paso a un invierno en el que, de media, las islas han tenido entre 1 grado y 1 grado y medio menos de lo habitual, según la Agencia Estatal de Meteorología.
Daniel Herrera y Efe / Las Palmas de Gran Canaria
Martes, 20 de marzo 2018, 19:24
Vientos “muy importantes”, con “rachas casi huracanadas” de hasta más de 150 kilómetros por hora, episodios de mucho frío que alcanzaron su punto culminante en febrero, cuando, de media, se anotó una anomalía térmica de 2 grados por debajo de lo normal en el periodo 1980-2010, establecido como referencia, y “registros importantes de precipitaciones” han destacado en esta estación.
Si bien la disparidad de los índices de lluvias computados, que van de los 300 litros por metro cuadrado acumulados a lo largo del invierno en las áreas más beneficiadas por el agua caída a los apenas 20 litros sumados en las más secas, especialmente al sur de las islas orientales, ha impedido dejar atrás el déficit hidrológico que arrastra desde año atrás el archipiélago.
El delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología, Jesús Agüera, ha resumido así la situación: “No podemos decir que terminó la sequía en Canarias, porque no es así”.
Al presentar en rueda de prensa el balance del comportamiento meteorológico de la estación a punto de concluir en la región, Agüera ha considerado, en todo caso, que los cambios experimentados en la climatología en comparación al lustro inmediatamente anterior, bastante cálido en general, ha posibilitado que el presente haya sido “un invierno como los de antes”.
Ello ha sido consecuencia, en buen medida, del incremento de la cantidad y la intensidad de las borrascas que han afectado a las islas, seis de las cuales han sido tan singularmente llamativas que, contra la costumbre, se las bautizó con nombres propios, pero no han sido las únicas que ha habido, pues otras de menor rango también han contribuido a diferencias esta temporada, ha dicho.
Como curiosidades del comportamiento anormal del tiempo de los últimos meses, el responsable de la Agencia de Meteorología ha destacado que febrero tuvo un “muy marcado carácter frío” que dejó significativos valores de temperaturas inferiores a lo esperable, sobre todo en puntos como las cumbres de las islas más montañosas, en las que la bajada fue de 3,5 grados.
Esa coyuntura propició incluso que se anotara “un dato histórico”, el de la temperatura más baja registrada en el aeropuerto de Lanzarote, que fue de 7,6 grados y se dio el 7 de febrero.
Jesús Agüera ha querido precisar, pese a todo, que el repunte del frío y de las precipitaciones de este invierno en el archipiélago se ha rebajado al sumar los índices contabilizados en marzo, mes en que la estación “se está atemperando”, con lo que “ya no hay anomalías tan acusadas”, ni en lluvias ni en temperaturas.
Además, ha avanzado que, aunque es pronto para hablar con seguridad de lo que pasará en primavera, porque no es posible hacer predicciones fiables a ese plazo, se espera que en abril y mayo retorne la tendencia de aumento del calor y que este sea superior al de años precedentes en los mismos meses.
En la misma línea, ha augurado que las lluvias podrían seguir disminuyendo y tener “valores inferiores a lo normal” en esa época.