Un cortafuegos en 536 hectáreas agrícolas abandonadas
La iniciativa empieza con 52 hectáreas en Moya y 59 en Valleseco. Las parcelas marcadas por Medio Ambiente facilitan el avance de los incendios
Casi 4.600 fincas agrícolas no cultivadas en zonas de alto riesgo de incendio forestal próximas a viviendas rurales de siete municipios figuran en la lista hecha por el Cabildo para animar a los propietarios a que las limpien de vegetación y vuelvan a cosecharlas. Sería el mejor cortafuegos para zonas de inferfaz urbano-forestal de Moya, Valleseco, San Mateo, Teror, Firgas, Guía y Gáldar.
Las 263 parcelas de Moya y las 702 de Valleseco señaladas como prioritarias por los técnicos del Servicio de Medio Ambiente son las elegidas por la Consejería de Soberanía Alimentaria para empezar a recomponer la barrera agrícola que, poco a poco, fruto del abandono, se ha ido desmoronando en medianías y cumbres. Los últimos grandes incendios forestales de la isla dan fe de que su progresiva desaparición facilita el camino del fuego hacia los núcleos poblados.
Soberanía Alimentaria está identificando ya a los dueños de los suelos y comprobando si siguen abandonados o han dejado de plantarse recientemente para «ofrecerles ayudas para cultivarlos otra vez y echarles una mano con el desbroce y la roturación», indica el consejero del área, Miguel Hidalgo. En Moya ha identificado a 150 de las 263 fincas y en Valleseco ha evaluado el 60% de las 702 elegidas. En ambos casos, el 90% necesitan ser desbrozadas antes de ararlas.
El cortafuegos agrícola que el Cabildo quiere recuperar se extendería en varias fases por 536 hectáreas del Norte. La primera dispone de 200.000 euros, incluye 59 hectáreas en Valleseco y 52 en Moya y se pone en marcha después de haberse retrasado en marzo debido a la declaración del estado de alarma por la pandemia del coronavirus.
Contando con que mayo y junio son los meses ideales para la puesta a punto de los terrenos y que el verano es la época con mayor riesgo de incendios forestales en la isla, Hidalgo subraya la necesidad de limpiar las fincas «cuanto antes».
Según el orden marcado por Medio Ambiente, según la carga de combustible vegetal existente y los años sin incendios, en la siguiente fase le tocaría el turno a las 1.494 parcelas identificadas en San Mateo y que ocupan 162 hectáreas. Después faltaría completar las 536 hectáreas repartidas entre casi 4.600 fincas abandonadas identificando a los dueños de las parcelas de Teror, Firgas, Guía y Gáldar.
Partiendo de que los propietarios están legalmente obligados a limpiar sus terrenos, para animarles a explotarlos otra vez el Cabildo ha ideado una ayuda específica para las tareas de desbroce y de roturación del suelo. Y para incentivar su cultivo les ofrecerá la ayuda de la Granja Agrícola Experimental, incluyendo su asesoramiento y el reparto de árboles frutales, entre otras posibilidades.
Cuando no logre el compromiso de plantar de nuevo los terrenos invitará a los dueños a incluirlos en el Banco de Tierras que el Cabildo gestiona para favorecer su cosecha por jóvenes y cooperativas agrícolas sin terrenos propios.
