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Las niñas de Jinámar vuelven con sus padres

Las niñas de Jinámar vuelven con sus padres

Las cinco niñas de Jinámar que la Administración resolvió en diciembre pasado apartar de sus padres al descubrir que tres de ellas no habían sido escolarizadas han vuelto a casa. Toda la familia ya duerme bajo el mismo techo tras una dura etapa de meses separados.

Antonio F. de la Gándara, Gaumet Florido y G. F. / A. F. G. / Telde

Jueves, 1 de enero 1970

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El drama de la familia de Jinámar que llenó portadas y telediarios a principios de año porque varias de sus hijas no existían oficialmente para la administración va camino de tener un final feliz. Por datos recabados por este periódico, los dos progenitores, José y María (fueron los nombres ficticios que usaron en su día para dirigirse a los medios de comunicación) ya han podido demostrar ante la administración que están en condiciones de mantener a sus cinco hijas, entre ellas, un bebé, y por esa razón les han permitido que vuelvan a casa. Las mismas fuentes no han podido precisar si la medida es provisional o definitiva o si va acompañada de otros condicionantes.

Durante todos estos meses las niñas no han podido convivir de forma permanente con sus padres. El Gobierno canario resolvió entre diciembre y enero pasado retirarles provisionalmente su custodia y sometió a los padres a un proceso de evaluación para tratar de confirmar que podían aportarles el entorno habitacional y de convivencia adecuado.

El primer escollo que tenían lo salvó muy rápido el padre de familia. No tenía trabajo, pero la empresa Ralons le ofreció un puesto, donde sigue. Otro obstáculo era la presencia de ciertas deficiencias en la vivienda familiar. En aquellos primeros meses se generó una ola de solidaridad que permitió costearles las obras que hacían falta en la casa. En su momento se habló de la necesidad de cambiar varias piezas del baño, de instalar un termo nuevo o de sustituir una ventana. Otro escollo fue que no estaban inscritas en el Registro Civil, pero lo saldaron sobre la marcha. El 20 de enero se hicieron con un libro de familia.

No las inscribieron «por miedo»

El problema se produjo porque la pareja ocultó a ojos de la Administración a tres de sus cinco hijas. La quinta nació en diciembre pasado, cuando ya se había producido la intervención judicial. No las habían inscrito en el Registro Civil ni estaban escolarizadas. En una entrevista concedida a este periódico y a TVE en Canarias apuntaron que lo hicieron por miedo. Tardaron en registrar a la primera, en 2006, y les advirtieron de que si volvía a pasar, podrían quitarle a sus hijas. Cuando nació la segunda volvieron a demorarse, les entró miedo y decidieron no apuntarla en el Registro Civil. A partir de ahí entraron en una espiral de la que no supieron salir hasta que la Administración supo de la existencia de las niñas y les quitó la custodia. En aquel momento la mayor tenía 10 años y las que le siguen 8, 7 y 2 años. La bebé cumplirá un año en diciembre próximo.

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