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La vida en un país recién nacido

La vida en un país recién nacido

Vivió en Guinea Ecuatorial tres años, los posteriores a la independencia de España. A pesar de la incertidumbre reinante, su experiencia allí está plagada de buenos recuerdos que ahora comparte

Martes, 21 de julio 2020, 21:22

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Llegó a la recién nacida República de Guinea Ecuatorial por motivos de trabajo y lo hizo en un momento en que el movimiento era a la inversa. Mientras la mayoría de los españoles que residían en el país africano había optado por dejar Guinea en 1969, un año después de la independencia de España, Pelayo Suárez (1943) y su mujer hicieron el camino de ida. Y no les fue mal. Al contrario, guardan tan gratos recuerdos de aquellos tres años de estancia, desde 1970 a 1973, que este ingeniero y profesor jubilado se ha animado a compartirlos. Acaba de sacar a la calle el libro En el corazón del cayuco. Memoria de Guinea Ecuatorial, de Beginbook Humanidades, editorial Mercurio.

Suárez es ingeniero técnico industrial y se fue a Guinea, ya excolonia española, el 5 de junio de 1970. Le contrató como técnico una empresa canaria que distribuía allá la Pepsi Cola. Se casó por poderes con la que hoy sigue siendo su esposa, que llegó al país africano seis meses después y logró trabajo como maestra en el colegio del Consejo Provincial de Fernando Poo. Ambos comparten la foto de portada. Están sentados junto al Puente Francisco Macías, nombrado así por el primer presidente de la república independizada. Y también compartieron buena parte de las experiencias que relata Suárez.

«Nos tocó vivir en una época difícil para el país, justo cuando acababa de nacer, pero más allá de la incertidumbre propia de un momento así, a nosotros nos fue bien». Es más, asegura que ni siquiera se sintió rechazado por el mero hecho de ser españoles. Pelayo no entra en esos detalles, ni en la entrevista ni en el libro, pero basta bucear un poco en la bibliografía para saber que justo en aquellos años en los que residió allí, Guinea Ecuatorial y España vivían las secuelas de una tensa crisis diplomática, que provocó incluso la salida de casi toda la población española en 1969. En ese mismo periodo Macías derogó parte de la Constitución y se declaró presidente vitalicio, un viraje que acabó con la consagración del régimen dictatorial en 1973.

Pero este libro de Suárez no va de política. Solo ha buscado dar testimonio de su experiencia cotidiana en esa nación, y con ese fin lo ha estructurado en tres partes. Una primera sobre la historia de Guinea Ecuatorial, desde que fue descubierta por los portugueses en el siglo XV hasta su independencia de España. Una segunda en la que Suárez compila una serie de relatos viajeros por el territorio guineano, tanto por el insular, Fernando Poo, como por el continental, la zona del río Muni. «Describo paisajes, las costumbres o sus gentes». El autor asegura tener recuerdos inolvidables de aquellos recorridos por el país. Y un tercer bloque versa sobre la realidad cotidiana de este matrimonio, con vivencias, anécdotas...

«No hemos vuelto por circunstancias, unas veces personales, otras profesionales, pero cuando nos fuimos nuestra intención era regresar». Vinieron en verano de 1973 con la idea de estar en España 6 meses y volver. «Nos medicábamos con quinina cada 15 días para evitar contraer el paludismo, pero eso te destrozaba el hígado y te ibas quedando pálido, así que los españoles que trabajábamos allá teníamos que pasar temporadas en España para recuperarnos un poco».

Pero en aquel regreso les ofrecieron empleo en su país natal y optaron por no regresar. Aquí hicieron su vida, pero se dejaron parte de su corazón en Guinea.

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