La Garita, entre la sorpresa y la alegría
El logro de la bandera azul para la playa de La Garita, por primera vez, es recibido con incredulidad y sorpresa, pero también con alegría por comerciantes y usuarios. Algunas personas entienden que faltan servicios y esperan que mejoren con la distinción.
Cristina González Oliva
Jueves, 11 de mayo 2017, 20:25
Muchos de los bañistas y trabajadores de La Garita no tenían conocimiento ayer de la obtención del distintivo que otorga la Fundación para la Educación Ambiental, aunque sí lo que implica lograr la bandera azul. Los que se mostraron más contentos son los comerciantes de la avenida, porque si aumentan los usuarios se verían directamente beneficiados. Algunos creen que hará que acudan más visitantes, otros aseguran que tampoco hay motivos para que lleguen más, y que normalmente en verano la playa está llena.
Los que visitan esta zona de Telde, que aglutina a más de 6.000 habitantes, sí echan en falta mejores servicios, porque los baños no están siempre abiertos ni hay socorrismo todos los días. Además, piden que se controle más a los incívicos que dejan la arena con basura cuando se marchan. Creen que a veces está sucia.
Pero la bandera azul no traerá más servicios a la cala. Desde la Concejalía de Playas, que dirige Gloria Cabrera, explican que esta distinción es de temporada, al igual que la que tiene Hoya del Pozo y Salinetas. Es decir, que la enseña solo ondeará en verano, entre el 15 de junio y el 30 de septiembre, además de Semana Santa; y los fines de semana y festivos durante el invierno, porque es cuando hay vigilantes. Pese a que no están todos los días, fuentes del área aseguran que el logro de tener socorrismo fuera de temporada se consiguió hace pocos años, porque antes no existía. La empresa Proactiva es la que se encarga actualmente de abrir el baño cuando los socorristas están operativos, entre las 11.00 y las 19.00 horas, los sábados y domingos. El gobierno quiere incluir en el pliego que está preparando para licitar el servicio que el adjudicatario tenga la obligación de la apertura del lavabo, algo que en el anterior no se recogía.