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Blanca E. Oliver / Telde
Viernes, 17 de julio 2020, 02:46
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Grietas, socavones, desprendimientos, herrumbre, anclajes arrancados... Una larga lista de infraestructuras deterioradas es la principal arma que empuña la concejala de Playas, Gloria Cabrera, para reclamar a la Demarcación de Costas de Las Palmas que ponga manos a la obra para solucionar los desperfectos que han ocasionado en el litoral los temporales que han asolado la isla en los últimos años.
Lo malo es que los responsables de Costas no parecen muy interesados en arreglar algo, porque ni siquiera han mostrado interés en sentarse con Cabrera para, al menos, conocer la situación.
Y es que o le ponen remedio ellos o todo se queda sin remediar, porque las competencias son exclusivamente de Costas, o lo que es lo mismo, del Estado.
«Ya nos gustaría a nosotros, como nacionalistas, tener más autogobierno, pero la ficha financiera para mantener las costas la tiene Madrid», comenta la concejala. «Por tanto, es el Estado quien debe responsabilizarse del grave deterioro que presenta nuestro litoral, porque ya es muy preocupante».
Pero, en este caso, como en muchos otros, una cosa es lo que se debe hacer y otra es lo que se hace. Y la triste y vergonzosa realidad es que la edil de Playas lleva mucho tiempo intentando que le den una cita para describir lo que ocurre.
«Son casi dos años pidiendo que nos reciban, pero no nos hacen caso», se lamenta. «Esto no ocurría antes. En otro tiempo tuvimos muy buena conexión con el último jefe de Costas, que sí ejecutó algunas actuaciones, pero desde que él no está esa conexión y esa coordinación no existe. Por eso he decidido pedir una reunión con la delegada del Gobierno y con el Diputado del Común, para entregarles el dossier de todos los escritos que hemos presentado a Costas de Las Palmas, sin que nos hayan atendido».
En ese dossier se detallan los desperfectos que, cuando menos, suponen un riesgo para los vecinos que visitan cinco zonas de la costa: La Garita, El Barranquillo, Playa Chica, Melenara y Salinetas.
En concreto, el dique de la playa de El Barranquillo sufre un grave deterioro que ha originado socavones, que han debido ser vallados.
En Playa Chica, el muro de contención de la rampa de bajada también está seriamente dañado y se han producido desprendimientos.
En Salinetas, los muros que hacen de barrera y soporte de las avenidas han sufrido continuos descalzamientos, que han provocado grietas y desprendimientos de tramos de avenida y paseo marítimo.
En el muelle de Melenara, el fuerte oleaje provocó la caída de la barandilla y desperfectos en la estructura, lo que le ha convertido en otro punto de riesgo para los usuarios del litoral teldense.
La concejala de Playas considera que todas las intervenciones que propone deben ser realizadas con urgencia, pero una de las que mayor preocupación despierta en su área municipal es la que afecta al complejo residencial Bahía Mar, en La Garita.
Según detalla Gloria Cabrera, el problema se concentra en un muro que se deterioró en su momento y que, ahora, está haciendo peligrar a todos los vecinos de la zona, puesto que se corre el riesgo de que el mar pueda llegar hasta sus viviendas».
Pero éste no es el único desperfecto que presenta la zona de La Garita, porque el fuerte oleaje y la erosión que azota constantemente ese litoral han provocado que el muro que sostiene la escalera de acceso a la playa por su lado norte sufra un deterioro muy considerable, que ya ha originado desprendimientos. Una situación que, también aquí, pone en peligro a la gran cantidad de usuarios del lugar.
«Con este cúmulo de situaciones es lógico que la preocupación y ocupación de mi concejalía hayan sido estos años pedir a Costas que actúe. Y seguiré haciéndolo durante todo el tiempo que haga falta», concluye la edil.
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