ADISNOR y Marente, enfrentados por las aulas
El Centro de Educación Especial Marente y la Asociación de Personas con Discapacidad Intelectual del Noroeste de Gran Canaria (ADISNOR), llevan más de 20 años al servicio de personas y familias con discapacidad intelectual. Cada uno desde su planta, intenta mejorar la calidad de vida de sus usuarios. Antes, desde la cordialidad y amabilidad que existía entre ambos. Ahora, esta relación se ha vuelto insostenible.
Y.M.R./ Santa María de Guía
Jueves, 22 de febrero 2018, 12:28
La pesadilla comenzó hace dos años, cuando Marente solicitó aulas a ADISNOR por un aumento de su alumnado. Desde la planta alta del edificio y sin ningún inconveniente al respecto, ADISNOR accedió, pero solicitó disponer de dichas aulas en horario de tarde, pues no solo reciben usuarios en este horario sino que además Marente acaba su jornada lectiva a las 13.30 horas. La respuesta de Marente fue contundente. Las aulas y baños de ADISNOR han quedado requisadas por el centro.
Intentos para recuperar las instalaciones
A partir de este momento, empieza para ADISNOR la lucha constante por recuperar las clases. Una batalla que continúa abierta y de la que únicamente han conseguido obtener dos aulas que han acondicionado para que los usuarios puedan seguir con su formación.
Los baños, -incluso los adaptados- fueron también confiscados por Marente y solo tienen acceso a uno, que se encuentra en pésimas condiciones higiénicas. Una situación que ADISNOR no entiende y que afecta a personal y alumnado, en muchos casos tratándose de jóvenes que comenzaron su formación en Marente y que ahora prosigue en la planta alta.
«Pedimos que se nos respete. Nuestros alumnos sufren con esta situación y no se merecen esto», afirman desde ADISNOR. La junta directiva entiende que «no pueden deshacerse de la noche a la mañana de su trayectoria» y que esto «no se le hace ni a un perro».
Con todo, ADISNOR sigue fomentando la integración social de personas con discapacidad intelectual con el programa AdiOcio, un proyecto financiado por el Cabildo de Gran Canaria, a través de su Consejería de Política Social. Y es esta misma consejería la que reformará un nuevo centro para mejorar las condiciones de estos jóvenes, pero en Gáldar. «Estamos muy agradecidos con esta subvención», aseguran desde ADISNOR, «pero mientras esperamos a que finalicen las obras, seguimos siendo discriminados por parte de la Consejería de Educación y el Consejo Escolar, que ni siquiera ha subido a ver como estamos».
Afirman que se sienten «psicológicamente» agotados pero seguirán apostando por los chicos desde la inclusión. «Solo pedimos a la directora de Marente que las aulas no estén cerradas bajo llave».