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Del enfado a la incertidumbre

Del enfado a la incertidumbre

La nueva ordenanza de terrazas que quiere impulsar la corporación local ha llenado de incertidumbre y de dudas a los hosteleros y trabajadores de las zonas afectadas como Farray, plaza de España o Playa Chica. Todos coinciden en que si eliminan mesas y sillas sus negocios se verán resentidos.

Carlos Santana Beltrán y CaLas Palmas de Gran Canaria

Jueves, 16 de julio 2020, 08:11

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La sola idea de perder mesas y sillas de sus terrazas con la nueva ordenación anunciada por el concejal de Urbanismo, Javier Doreste, está poniendo en pie de guerra a los trabajadores y hosteleros de las zonas señaladas. A las dudas ante lo leído en la prensa, ya que de momento desde el Consistorio no se han reunido con ellos, se suma el hartazgo y ciertas dosis de enfado.

«No podemos ni poner una silla o una mesa de más porque nos multan y la Policía Local controla que no lo hagamos, pasando con mucha frecuencia. Pagamos todos los impuestos y si nos quitasen las cuatro mesas que tenemos, no tendríamos negocio. No entiendo porque aquí tenemos que recoger a las 00.00 horas y otras zonas pueden estar hasta las 03.00 horas», afirma René del Little Beach en Farray.

Todos destacan que la retirada de terrazas o la sola reducción de las mismas llevaría a un descenso del negocio que terminaría afectando al empleo que crean.

Solo en la plaza Farray hay cinco establecimientos de hostelería, todos ellos con terrazas que van desde las que cuentan con cuatro mesas a otras con diez o doce mesas. Una distribución irregular que tampoco gusta a todos los empresarios de la zona, pero que admiten.

turismo. La normativa prevé medidas diferenciadas para ciertas zonas de la capital grancanaria, como sería el caso del parque Santa Catalina por su afluencia e importancia turística. «¿Acaso Las Canteras o Farray no son zonas de alta afluencia turística?», preguntan los restauradores consultados ante los cambios anunciados.

Resaltan que los clientes siempre eligen las terrazas en detrimento del interior de los locales aún teniendo que esperar por una mesa libre, salvo que esté lloviendo.

Y es que la idea de la nueva normativa es que las terrazas no superen el 50% de la superficie de paso destinada a los peatones. «En Farray hay espacio suficiente para el paso de la gente. Todo el centro de la plaza está libre», recalca René.

Los restauradores se quejan de que cada vez son mayores las trabas que les ponen, primero para abrir un negocio y luego para mantenerlo. Como ejemplo apuntan al recorte primero del horario de apertura y cierre y luego el cambio de ordenanza anunciado.

«Sin terraza tendríamos que cerrar el negocio»

Beatriz Quintana trabaja en Little Beach, en la plaza Farray. «El cliente siempre elige sentarse fuera, si no tenemos terraza no habrá negocio ni empleo», afirma la joven.

«Al final terminarán ahuyentando el turismo»

Armando Bonaudi regenta La Quilla, una taberna marinera, en Playa Chica. «Al final terminarán ahuyentando el turismo. Las mesas no dificultan el paso por Las Canteras», afirma.

«Ponemos los partidos sin sonido»

«Cumplimos con la normativa a rajatabla. No ponemos ni una silla de más ni sonido cuando hay partidos de fútbol y cerramos a la hora indicada», explica José Luis del Fat Frank.

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