El Ministerio de Defensa levanta un mamotreto en Terife, en el campo de tiro de Pájara
Coalición Canaria (CC) se dirigirá al Ministerio de Defensa para denunciar las nuevas construcciones que vienen desarrollándose dentro del campo de tiro de Pájara, coincidiendo precisamente con los meses de confinamiento por la covid-19. Los vecinos cercanos a este suelo militar alertaron de la prisa que se han dado durante el estado de alarma en la obra de un edificio de varios pisos de altura en la zona del barranco de Terife, dentro de los límites del campo de tiro, detalla el parlamentario Mario Cabrera.
La construcción, sobre la que a CC no le consta ningún tipo de comunicación o informe oficial en las instituciones majoreras, «genera un importante impacto visual y hasta ambiental, en un espacio de alto valor natural. Además, la obra ha dejado latas de cerveza, sacos de cemento y otras basuras por un perímetro de varios cientos de metros, «demostrando que no se han tenido en cuenta ni si quiera las exigencias de gestión de residuos que a cualquier pequeña obra particular se le exige cumplir».
Estas obras de edificación en el campo de tiro de Pájara se realizan además en una zona próxima a Terife, donde ya desde CC advertía desde hace unos años sobre movimientos de tierras para la preparación de una gran superficie para construir. De hecho, a CC le consta que ya existen otras edificaciones más pequeñas que se utilizan para maniobras. Al tiempo que el Ministerio de Defensa construía, «también ha ido eliminando progresivamente antiguas chozas de pescadores y mariantes con cientos de años de historia».
El campo de tiro de Pájara suma más de 4.000 hectáreas de superficie, ordenada en varias categorías de espacios naturales: Zona de Especial Protección para las Aves (Zepa), Parque Rural, Monumento Natural y Parque Natural. La costa cuenta también con la consideración de Lugar de Importancia Comunitaria (LIC).
Mario Cabrera recuerda que «las irregularidades del Ministerio de Defensa a la hora de hacer obras en el entorno de espacios naturales y urbanos de Fuerteventura han quedado demostradas varias veces. Primero en la Montaña de la Muda, con una pista de acceso que no tenía proyecto; y luego con la ampliación del campamento Valenzuela, que finalmente fue rechazada en los tribunales». Recordó que «existen además multitud de acuerdos de las instituciones majoreras desde hace décadas reclamando su cierre definitivo, en su momento avalado por todas las fuerzas políticas. Aunque el reciente servilismo y complacencia de los progresistas del urbanismo los hayan olvidado. Ahora se ponen firmes, bajan la cabeza y se despreocupan de lo que sucede allí dentro».