Qué suerte tuvimos los niños de los 80, que crecimos con una Televisión Española donde tenía cabida la cultura, el riesgo y la experimentación. Carlos ... Tena fue uno de nuestros prescriptores, el 'palabro' que hoy se emplea para denominar al que sabe mucho de algo y se lo recomienda a los demás. Tena sabía mucho de música, de todo tipo de música. Y a su conocimiento se unía una voz profunda y un talante extrovertido que le permitían no solo presentar, sino actuar con gracia y desparpajo.
Un 'Imprescindibles' disponible en RTVE Play reivindica a uno de los grandes comunicadores de nuestro país. Tena se bregó en la radio y en su paso a la televisión pública introdujo el concepto de revista musical con 'Popgrama' junto a Diego Manrique, Ángel Casas y Moncho Alpuente: inenarrable el momento en el que entrevistan a Bob Marley a pie de pista en el aeropuerto de Barajas.
Comunista desengañado, sindicalista de convicción, Carlos Tena mantuvo su independencia y resultó incómodo a todos sus jefes. El sarcasmo acompañó siempre al conductor del 'Auanbabulubabalambambú', que, según aseguran todos los que conocieron, resultaba un gran ser humano en las distancias cortas. La última etapa de su carrera sobrevivió como tertuliano-agitador en programas que no le merecían. Hasta que dijo basta y se fue a vivir a Cuba, país que solo abandonó cuando le diagnosticaron un cáncer y regresó a España para estar cerca de su hija y morir en 2023 a los 79 años.
Carlos Tena provocó en el franquismo con Raimon y en democracia con Las Vulpes. Dio cancha a debutantes y nunca se vendió a las discográficas. Su humor ácido, su ausencia de divismo y su ánimo burlón son un ejemplo a seguir para todos los periodistas.
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