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J. Moreno
Sábado, 4 de marzo 2023, 23:32
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«Es como Billy Elliott, pero en lugar de bailar solo quiere sexo». Así resume la nueva producción Teresa Fernández-Valdés, la creadora de esta ficción que aborda la figura de Nacho Vidal y que también se adentra en la industria del porno que tuvo su auge en la década de los 90 gracias, en parte, al gran éxito del actor. 'Nacho', la nueva serie de Atresplayer Premium, que se estrena hoy en la plataforma de 'streaming' de Atresmedia, se mete en las entrañas del cine para adultos inspirándose en la vida y carrera internacional de Vidal, pero sus responsables avisan: «No es un biopic, es un proyecto descarado, controvertido y atrevido».
La nueva apuesta de Atresmedia, producida por Bambú Producciones, y cuyo estreno en España estaba previsto inicialmente para la plataforma Lionsgate+, tiene su punto de partida en el año 1993 en la ciudad de Valencia. Ignacio Jordá (Martiño Rivas en la ficción), más conocido posteriormente por el nombre artístico de Nacho Vidal, es un chaval alocado y magnético, que decide vivir su vida al límite. Un amante de sus amigos y la diversión. La oveja negra de una familia muy convencional y católica, con un padre que ve a su hijo sin futuro y carente de talento.
El joven conoce a Sara Bernat (interpretada por María de Nati), el primer amor de su vida, y descubre que tiene un don: quiere hacer carrera en el cine para adultos y convertirse en una estrella internacional.
Rivas, quien se mete en la piel del actor porno en la ficción, explica que conoció a su interpretado cuando tenía 12 años, a través de unas fotografías en las que también salía Belladonna y Sophie Evans. «Me causó mucho impacto», cuenta. El intérprete pudo leer posteriormente la biografía de Vidal y descubrió que «había muchas vidas en una». «Mi reto era cómo imitar a alguien con tanto peso y densidad. Es una voz muy vivida la suya. Es alguien que ha transitado por lugares bastantes inhóspitos», indica.
El protagonista reconoce que en la ficción ya sabían que tenían «un material sensible entre las manos», pero también lanza una opinión sobre la industria del porno. «El universo del entretenimiento para adultos conlleva muchos estigmas y hay mucha gente que no quiere oír hablar de eso. Yo tampoco creo en la prohibición», opina Rivas, quien aboga por «no intentar soterrar o mirar hacia otro lado». «La postura más adulta es intentar normalizarlo y arrojar luz en esas tinieblas y oscuridad. 'Nacho' era una oportunidad para hacer esto», añade.
Rivas también reflexionó ante las preguntas de los medios de comunicación sobre la hipocresía de una sociedad que no dice abiertamente que consume porno. «Cuando interactuamos con una persona que se dedica a esto adoptamos dos posturas. Una, con un cierto desdén y soberbia, porque nos creemos moralmente superiores; y otra, en la que nos convertimos en niños de 11 años y hacemos bromitas. Se muestra una cierta inmadurez», replica.
Porque la nueva producción de Atresmedia también pretende dar luz a la vida e intimidad de las personas que trabajan en esa industria tan peculiar y controvertida. Con sus inquietudes, sus sueños, sus conflictos. Lo hacen, según sus creadores, desde «una mirada sensible y emotiva, sin evitar la crudeza o el dolor cuando es necesario, dado el particular mundo en el que se mueven los protagonistas de la serie y los límites morales de la sociedad del momento».
Es una serie, en definitiva, inspirada en la vida real de muchos actores de éxito que en los años 90 lideraron el nacimiento de esta nueva industria.
«Todos los actores persiguen el sueño americano y resulta que se había cumplido en España a través del porno y de Nacho Vidal», añade, por su parte, la productora Teresa Fernández-Valdés, quien aclara que la ficción, compuesta por 8 capítulos de 50 minutos de duración, se centra en la parte profesional y deja a un lado sus episodios más polémicos con la droga o el rito del sapo bufo, en el que se vio involucrado el actor y que provocó la muerte de una persona tras ingerir una toxina producida por este anfibio. «Me interesa la estrella del porno», dice Fernández-Valdés para soslayar estos dos espinosos asuntos.
La producción, según desvela Martiño Rivas, contó con impedimentos e inconvenientes durante el transcurso del rodaje. «El Ayuntamiento de Badalona nos prohibió pisar territorio municipal tres días antes de rodar», revela el intérprete, quien añade también que encontrar a un niño de 7 años para dar vida al actor porno «fue un verdadero reto». «Nacho Vidal está en el ojo del huracán, se le mira con lupa y levanta muchas ampollas. Si llegamos hacer una serie de Jack el Destripador en Londres nos lo hubieran puesto más fácil que hacer una de Nacho en España».
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