El suceso de 'Peacemaker'
Desde el primer minuto la serie nos va mostrando otro mundo del que no nos dice nada, no señala nada, no opina nada
No quiero estropearle la serie a nadie, así que simplemente lo llamaremos 'el suceso'. En el sexto episodio de la segunda temporada de 'Peacemaker', en ... HBO Max, más allá de cameos y guiños al nuevo Superman, sucede algo que ha roto la cuarta pared. Es decir, que, sin darnos cuenta, los espectadores nos habíamos convertido en protagonistas de lo que sucedía en la pantalla. Y creo que este 'suceso' es fruto de un talento fascinante en la escritura del guion.
El caso es que la temporada comienza con Chris –Peacemaker– paseándose por una dimensión alternativa. Ya saben, el rollo de los multiversos que nos sale ya por las orejas. Pero desde el primer minuto la serie nos va mostrando otro mundo del que no nos dice nada, no señala nada, no opina nada. Tan solo nos invita a caminar por él, tal y como lo hace el protagonista, con esa cara de tonto que tan bien sabe poner John Cena (que resulta que es un gran actor). Y nosotros, tan tontos como él, observaremos lo que pasa sin ser conscientes del truco de magia. Hasta el capítulo seis, claro: 'el suceso'.
'El suceso' es un puñetazo en el estómago de Peacemaker, pero también en el nuestro. Es como si el propio James Gunn –el creador de la serie– nos cogiera de las solapas y nos zarandeara: «¡Cómo no pudiste verlo! ¡Qué dice eso de ti!». Y entonces uno, atontado, se da cuenta de lo fácil que es normalizar ciertas barbaridades que, al parecer, todavía hay muchas –demasiadas– personas dispuestas a defender.
Aunque los superhéroes empiecen a agotarse como género, es de agradecer cuando alguien se preocupa de escribir algo que va más allá de lo evidente. 'El suceso' es una de las maneras más inteligentes que he visto de poner sobre la mesa una verdad incómoda: a nosotros.
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