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Virginia Melchor
Domingo, 2 de agosto 2020, 00:32
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Tamara Falcó está de moda este verano. Se ha perdido entre los famosos campos de lavanda de Brihuega para promocionar Castilla-La Mancha como destino turístico en sus redes sociales. Y ha vuelto a los fogones junto al chef Javier Peña en 'Cocina al punto', un espacio culinario diario que se emite al mediodía en TVE. Como se diría coloquialmente, la hija más beata de Isabel Preysler está hasta en la sopa. Su vida cambió el día en que decidió unirse al programa 'MasterChef Celebrity'. No solo ganó la última edición del concurso, se ganó el cariño de la gente. Desde entonces, ha pasado de ser vista como una niña de mamá que vive en las nubes, a ser una estrella que brilla por sí misma.
Después del fallecimiento de su padre, Carlos Falcó, a causa de la covid-19 el pasado 20 de marzo, la diseñadora mantuvo un perfil muy bajo. Redujo su presencia en las redes sociales y sus comparecencias en público. Pero hoy Tamara vuelve a estar 'on fire'. Para alegría de sus más de 800.000 seguidores en Instagram, que ven en ella a una mujer tímida, risueña y con una espontánea transparencia que resulta entrañable. Es un valor que se cotiza al alza en el mundo de las socialités. Su triunfo en el 'talent show' culinario de TVE le ha proporcionado una gran presencia en los medios y suculentos contratos como imagen de importantes firmas. Pero ella procura tener los pies sobre la tierra y cuidar de sus incondicionales en las redes sociales, con quienes comparte sus looks más 'cuquis' del verano.
Más allá de las alfombras rojas, es un referente de estilo a diario. Además de haber creado su propia firma de moda, TFP, posa en las fotos como una auténtica 'it girl' y puede presumir de un fondo de armario sofisticado y chic, formado a base de prendas básicas y versátiles elegidas con mucho gusto. Un nuevo estilo manejado por la delicada mano de Blanca Unzueta, que ha sabido aunar tendencia con la estética clásica y elegante de la que tanto Tamara como su madre o su hermana, Ana Boyer, son abanderadas. La futura marquesa de Griñón, ya que está a la espera de que la Casa Real apruebe su nombramiento, ha heredado el amor por la belleza de Isabel Preysler, pero vive la moda con mayor naturalidad, sin ser tan esclava de la imagen.
Para pasear entre campos de lavanda en su ruta por Castilla-La Mancha, eligió un vestido largo blanco de tirantes con una pequeña abertura debajo del pecho y falda abotonada de la firma francesa Ba&sh. Y, durante su visita a Cuenca, lució un modelo largo en blanco de esta misma marca con delicadas flores amarillas. Un diseño que reúne varias de las tendencias de la temporada: mangas abullonadas, volantes y el punto 'smock' o nido de abeja, un detalle asociado a los vestidos infantiles y de bebé que convierte cualquier prenda que lo incluye en naif y romántica.
Tamara también deslumbró el pasado fin de semana en la boda de Tita Astolfi y Fernando Mora-Figuera, celebrada en Cádiz. Para la ocasión, optó por un espectacular diseño 'nude' con estampado de flores en tonos rojo, verde y vino de la diseñadora colombiana Johanna Ortiz. Destacaba por sus impactantes mangas abullonadas y una falda de volantes que aportaba el volumen justo a su figura. A sus 38 años, la 'socialité' ha dejado de ser 'hija de', para crecer como diseñadora, cocinera, 'influencer', presentadora... y pronto también como tía, ya que su hermana pequeña, Ana Boyer, espera su segundo hijo con el tenista Fernando Verdasco. «Deseando conocerte», escribió la diseñadora junto a una imagen de la pareja.
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