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Joaquina Dueñas
Martes, 2 de julio 2024, 11:46
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El pulso entre el príncipe Andrés y Carlos III a cuenta del desalojo de Royal Lodge, actual residencia del tercer hijo de Isabel II, sigue más vivo que nunca. Después de que The Times anunciara que el rey había ofrecido a su hermano el recién remodelado Frogmore House, antiguo hogar de los duques de Sussex, el Daily Mail ha revelado que el príncipe Andrés quiere legar el contrato de arrendamiento a sus hijas Eugenia y Beatriz de York, lo que le permitiría mantener la casa hasta junio de 2078, ya que en 2003 firmó un contrato de arrendamiento por 75 años.
Sin embargo, estas pretensiones chocan con el objetivo del monarca que pasa por recuperar la inmensa mansión que su hermano no tiene capacidad de mantener y que según los medios británicos «se cae a pedazos». Al parecer el monarca británico quiere reformar la mansión y hacer negocio con la propiedad.
«Desafortunadamente, si Andrés no quiere irse dentro de un plazo razonable, el rey podría verse obligado a reevaluar el apoyo que le proporciona. El duque de York (Andrés) tendría que pagarlo todo con su dinero: seguridad, alojamiento y estilo de vida, algo insostenible a largo plazo», indicaron a The Times fuentes cercanas a la familia real.
Por su parte, The Mirror recoge que Carlos III tiene previsto poner Royal Lodge en el mercado, es decir alquilarlo y obtener así liquidez para las arcas reales. « Quiere alquilarla por 1,2 millones de euros al año», explicó al rotativo una fuente cercana al marido de la reina Camilla.
Desde el entorno del rey confían en que recupere la mansión: «Tiene sentido que Royal Lodge sea devuelto a la corona y que se puedan pagar las reparaciones y renovaciones que tanto se necesitan. Si se consigue, la casa podría entonces alquilarse para ganar dinero para las arcas del rey y del país en lugar de ser una carga para los recursos de todos».
La monarquía británica se encuentra en un delicado momento después de que a las enfermedades de Carlos III y Kate Middleton se sumara el accidente sufrido por la princesa Ana que le obligó a suspender su participación en el centenario del Monumento Nacional a la Guerra de Terranova, en Canadá. Tras del susto inicial, la princesa ya está recuperándose en casa desde donde ha emitido un comunicado disculpándose por no haber podido cumplir con su compromiso. Así las cosas, el conflicto por Royal Lodge no hace más profundizar en la debilidad de la corona y restar energía al rey, que compagina sus funciones reales con su tratamiento oncológico.
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