El renacido drago de Pino Santo
Árboles singulares. El Cabildo saca de la UCI con 240 años al drago más grande de Gran Canaria, de 17 metros de alto y 15 de copa
El tratamiento fitosanitario y de revitalización al que ha sido sometido el drago de Pino Santo para controlar la plaga de cochinilla y la debilidad que pusieron en riesgo su supervivencia finalizó ayer en el centenario ejemplar silvestre con 240 años de edad estimada, el quinto más antiguo de Gran Canaria y el de mayor tamaño con casi 17 metros de altura y 15 de copa.
Para pulverizar la copa, sin tocarla, con las dosis más bajas de insecticidas respetuosos con las aves y la fauna invertebrada fue necesario utilizar una grúa con brazo articulado. Así se ha roto el ciclo biológico de la plaga que lo invadía, un insecto endémico cuyas larvas succionaban la savia roja de este monumental drago. La cochinilla amarilleaba ya una cuarta parte de su copa, resecaba y deshojaba algunas ramas y reducía su capacidad fotosintética.
Dada su debilidad, el singular drago fue rociado también con nutrientes líquidos que absorben las hojas y el bancal de 400 metros cuadrados donde extiende sus raíces, y que comparte con naranjos, fue abonado con estiércol de vaca enriquecido con sales minerales del vivero de Tafira. El lugar, una finca privada en Hoya Bravo, recibió un aporte extra de agua para compensar la sequía de los últimos años y acelerar la disolución de los nutrientes junto a las lluvias del invierno.
Erguido sobre un risco de basalto en la parte central de la caldera de Pino Santo, este drago es el único de los 10 que figurarán en el Catálogo Insular de Árboles Singulares que brotó espontáneamente, al borde de un talud a 15 metros de altura sobre Barranco Alonso, características que junto a su antigüedad y porte lo convierten en «el rey de los dragos de Gran Canaria», afirmó la consejera de Medio Ambiente, Inés Jiménez, en la visita que ayer giró a los trabajos.
El alcalde de Santa Brígida, Miguel Jorge, subrayó que este ejemplar, con un tronco de 5 metros de perímetro, es un «símbolo» del municipio.
Otros cuidados en marcha
Mientras completa la creación del Catálogo, el Cabildo intenta cuidar este legado vivo, para lo que ha encomendado actuaciones en los acebuches de San Lorenzo y del Llano de La Parra, el flamboyán de Veneguera y los laureles de Indias de El Pajar, además de en el tabaibal de La Verga, la sabina de Tirma, el pino de Casandra, el Árbol Bonito de la carretera del centro, el drago de Luis Verde en Valsequillo, el Castaño Gordo de Las Lagunetas, el roble y el pino de Osorio y Los Pinos de Gáldar.