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Sorpresa ante el estado de salud de la familia real británica. Una hora después de hacer público el palacio de Kensington que la princesa de Gales, Kate Middleton, está hospitalizada tras someterse a una cirugía abdominal programada, el palacio de buckingham daba la sorpresa con un escueto comunicado: el rey Carlos III será sometido la próxima semana a una intervención por un problema de agrandamiento de próstata. Una dolencia, reconocen, «benigna», que obligará al monarca a suspender su actividad pública durante el «corto periodo» de recuperación.
La operación a Carlos III, que en principio viaja a España en visita de estado a finales de enero, se ha conocido tras trascender el estado de salud de Middleton, que obligará a la princesa, de 42 años, a permanecer en el hospital entre diez y catorce días. Una vez dada de alta de la clínica continuará la recuperación en palacio, aunque no será previsiblemente hasta después de Semana Santa, tal y como le han recomendado los médicos, cuando pueda retomar su agenda de trabajo.
Lo cierto es que aunque en el mismo comunicado se habla de que la cirugía estaba programada, la última aparición pública de Middleton fue hace casi un mes, con motivo del día de Navidad. Además, la mujer de Guillermo, el primero en la línea de sucesión británica, pide «perdón» por tener que cancelar aquellos actos que tenía ya programados en su agenda.
La situación en el palacio de Kensington también obligará a Guillermo a despejar su actividad pública para poder cuidar de su mujer y sus tres hijos en los primeros días tras la intervención. Además, reducirá su actividad mientras Catalina se recupera una vez en casa.
Según el comunicado, la princesa ha pedido que su información médica personal permanezca privada, por lo que a partir de ahora solo darán actualización de su estado «cuando haya nueva información importante para compartir». Además, «espera que el público comprenda su deseo de mantener la mayor normalidad posible para sus hijos».
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