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¿Tacones altos? No, gracias

¿Tacones altos? No, gracias

Los tacones altos tiene tantos entusiastas como detractores. Se desean o se detestan, no hay término medio, pero en verano las sandalias y mules se convierten en el calzado favorito.

Efe / Madrid

Jueves, 1 de enero 1970

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A Coco Chanel no le gustaban los tacones altos, los consideraba un símbolo ocioso, nada prácticos para trabajar. Manolo Blahnik, el zapatero prodigioso, considera que “si una mujer no siente la magia que proporcionan unos zapatos de tacón favorecedores, lo mejor es que abandone la idea de usarlos”.

Ahora, parece que la mujer prefiere prescindir de los tacones y reservarlos para ocasiones especiales. Las últimas propuestas apelan por la comodidad y por la belleza de modelos planos bordados, adornados con borlas o fabricados en rafias y tela vistosas.

Se deja a un lado los estiletos infinitos y se rinde culto a la sandalia plana, los mules, los mocasines o las bailarinas. Lo que no significa que se tenga que bajar del tacón definitivamente, sino que el calzado alto, que optimiza estilismo, es una opción, no obligación.

Tacones altos, a un segundo plano

Sí, se sabe que las alturas no están reñidas con la comodidad, pero ahora, las sandalias planas son tan lindas que incluso resultan más sofisticadas que los tacones.

Prueba de ellos son las sandalias de tiras finas que, junto con los modelos estilo alpargata, se han convertido sin pretenderlo en el calzado estrella de este verano, además tienen la virtud de encajar con pantalones y vestidos.

El zapato plano otorga estilo sin mucho esfuerzo. Antes, parecía que no se podía construir un buen estilismo sin unos tacones potentes, sin embargo, grandes diseñadores como Edgardo Osorio, al frente de la firma Aquazzura, defienden los zapatos planos que han llegado para quedarse.

Son tan bonitos como los modelos altos y ofrecen confort, un dato importante teniendo en cuenta que la mayoría de los días se sale de casa por la mañana y se vuelve de noche.

Además, este verano, las chanclas abandonan su hábitat natural, la playa y la piscina, y caminan también por el asfalto.

Fabricadas con mimbre, en PVC, piel o satén, y adornadas con flecos, plumas, pedrería, abalorios de colores, lazadas o broches de cristales, la chanclas se encargan de refrescar el “look”.

Otra de las tendencias es la sandalia de suela gruesa y tiras anchas que se convierten en la pala, modelos no muy bonitos, pero sí muy cómodo, al igual que las zapatillas deportivas que se conviven con pantalones y faldas por igual.

Los diseños de Gucci, Dolce&Gabbana, Dior, Converse o Chanel aportan color y deportividad al estilismo.

Actrices que dicen “no” a los tacones

Desde hace años, las alfombras rojas son potentes pasarelas donde se ven los mejores estilismos y las últimas tendencias.

Hace unos días, en la 71 edición del Festival de Cannes, la actriz estadounidense Kristen Stewart, que también formaba parte del jurado, aprovechó para rebelarse contra los estrictos y sexistas códigos de vestimenta que impone el certamen.

Kristen decidió quitarse los tacones antes de subir la famosa escalera. Con esta actitud la actriz seguía la estela y la nueva tendencia de calzarse con comodidad, una moda a la que también se sumaba la también actriz francesa Marion Cotillard, quien lució unas botas planas a la altura de las rodillas con cordones, de estilo rockero, para presentar su nuevo proyecto, la película ‘355’.

Así, con naturalidad dijo adiós a los tacones, una protesta que el año pasado ya protagonizó la “princesa de América”, Julia Roberts, cuando decidió quitarse los tacones y aparecer descalza sobre la alfombra roja francesa.

El zapato plano y el tacón de altura razonable se imponen en la calle, lo dicen los expertos, las “it girl” y los estilistas afirman con rotundidad que se trata de un acierto seguro.

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