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N.C. /EFE
Miércoles, 8 de julio 2020, 10:07
La Autodenominada Nancy Sinatra Gánster, es para muchos una diva del pop barroco, que recuerda a épocas doradas, y la Frankestein del indie para otros. Sea como sea, Lana del Rey (nombre que nace del cruce entre la actriz Lana Turner y el coche Ford del Rey) es una estrella cuyo estilo y peculiar voz no dejan indiferentes.
Su estética con aires vintage y su música con influencias de Nirvana, Leonard Cohen o Elvis Presley dan en conjunto a una artista que se complementa también con inspiraciones en David Lynch, Marilyn Monroe o incluso el catolicismo del que es creyente. Una mezcla entre lo antiguo y lo moderno, entre oscuridad y romanticismo, que la han hecho destacar. Del Rey ha cumplido 35 años y los celebra en el ojo del huracán, soltera de nuevo y envuelta en la polémica por un reciente alegato en Instagram que le ha valido incluso una confrontación con compañeras de industria como Ariana Grande. Mientras tanto, el lanzamiento de su próximo álbum tendrá lugar en septiembre.
Aunque se la conozca en todo el mundo como Lana del Rey, Elizabeth Woolridge Grant tuvo otros nombres antes de ese: Lizzy Grant, May Jailer, Lana del Ray o Sparkle Jump Rope Queen entre otros. Antes de eso, y siendo simplemente Elizabeth, llegó al mundo hace 35 años, el 21 de junio de 1985, en Nueva York (Estados Unidos). De ascendencia escocesa, es hija del inversor Rob Grant y de su esposa Patricia. Se crió en su ciudad natal, concretamente en Lake Placid, Essex. Allí, entre paseos por la naturaleza y un cuaderno en el que escribía, se plantó la semilla de la expresividad. Además, Elizabeth creció cantando en coros de iglesia desde muy pequeña.
No obstante, se alejó de los suyos para ir a la Kent School de Connecticut, un internado al que fue enviada por su padre a los 15 años debido a los problemas de alcoholismo que sufría y sobre lo que dijo a GQ que «bebía mucho en aquel entonces».
Pero tras esa adolescencia complicada, Elizabeth regresó a Nueva York a los 18 años, mudándose para asistir a la Universidad de Fordham. Allí, y gracias a aprender a tocar la guitarra, la futura Lana del Rey comenzó a actuar en clubes de Brooklyn.
Recientemente anunció en redes sociales que en septiembre verá la luz su nuevo disco, que llevará el nombre de Violet Bent Backwards Over the Gras. El anuncio estuvo acompañado de controversia. Y es que Del Rey publicó un mensaje en el que expresaba su postura respecto al feminismo y la industria musical femenina: «Doja Cat, Ariana (Grande), Camila (Cabello), Cardi B, Kehlani, Nicki Minaj y Beyoncé han logrado ser números 1 cantando sobre ser sexis, ir desnudas, ser infiele», dijo en su Instagram. Y preguntó: «¿puedo volver a cantar sobre lo bien que me siento al estar enamorada, aunque la relación no sea perfecta, sin que se me crucifique y acuse de romantizar las relaciones abusivas?». Confesó estar «cansada de escuchar a cantantes y compositoras decir que glamurizo el abuso, cuando yo solo soy una persona glamurosa que canta sobre relaciones basadas en el abuso emocional y que están muy presentes actualmente en la sociedad. Me parece patético que me acusen de retrasar varios siglos los avances que hemos conseguido. Tiene que haber sitio en el feminismo para mujeres que actúan y se visten como yo».
Ariana Grande dejó de seguir a Lana del Rey. Además, fue acusada de racismo por haber mencionado a tantas cantantes negras y/o latinas, por lo que respondió a las críticas en un vídeo de Instagram. «Cuando dije mujeres que se parecen a mí, me refería a las que no parecen fuertes o necesariamente inteligentes, o con el control. Se trata de abogar por una personalidad más delicada, no me refería a mujeres blancas». Y aclaró que el haber mencionado a esas artistas fue «porque son mis cantantes favoritas».
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