Diana López Gómez, campeona de España de Ultra Pole

Diana López Gómez es la campeona de Ultra Pole en España, modalidad acrobática que representa. Hace dos meses ganó el Campeonato de España en su especialidad de manera autodidacta, viendo tutoriales de Youtube. «Hacía surf, crossfit, escalada y estaba en un equipo de fútbol femenino; una de mis amigas se compró una barra, fui a probarla dos veces y a la tercera, me compré una por Internet y practiqué sola con tutoriales. Así empecé».

Esta barcelonesa vino de vacaciones a La Graciosa y se enamoró del lugar. «Al mes hice las maletas y me mudé aquí. Decidí montar la escuela hace tres años porque quería que la gente tuviese un lugar para compartir experiencias, no como yo, que estuve sola». Esta disciplina, similar a la gimnasia rítmica, supone «una lucha contra uno mismo y es genial ya que cualquiera puede hacerlo», aclara. Desde el primer día ya uno ve los avances.

Hombre o mujer de cualquier constitución puede practicarlo. «Tendrá fuerza en las piernas o en los brazos y lo irá desarrollando poco a poco». A su escuela van alumnas que no sólo acuden para hacer deporte sino para destacar ese lado de sensualidad.

Y es que el pole dance se va ganando respeto y hueco entre la gente. «Es inevitable que se asocie al show y al strip-tease, es más gracias a eso supuso un impulso», dice Diana. Su historia se remonta al mundo circense y a ferias ambulantes y más tarde se incorporó a los cabarets. Aunque ahora el pole dance tiene federación, «se necesitan más años para que en España tenga más reputación y llegue a ser un deporte olímpico, pero llegará. Nuestro país lleva una clara desventaja con respecto a los rusos o americanos. España cuenta con escuelas desde hace seis años».

A final de mes se enfrentará a los mejores internacional en la cita mundial de pole dance a celebrar en Holanda. Deportistas de China, Estados Unidos y Rusia, entre otras nacionalidades, competirán para obtener la victoria. «Ya con estar allí me conformo. Es un sueño», dice Diana.

Hace dos meses ganó el Campeonato de España en su especialidad de manera autodidacta, viendo tutoriales de Youtube. «Hacía surf, crossfit, escalada y estaba en un equipo de fútbol femenino; una de mis amigas se compró una barra, fui a probarla dos veces y a la tercera, me compré una por Internet y practiqué sola con tutoriales. Así empecé».

Esta barcelonesa vino de vacaciones a La Graciosa y se enamoró del lugar. «Al mes hice las maletas y me mudé aquí. Decidí montar la escuela hace tres años porque quería que la gente tuviese un lugar para compartir experiencias, no como yo, que estuve sola». Esta disciplina, similar a la gimnasia rítmica, supone «una lucha contra uno mismo y es genial ya que cualquiera puede hacerlo», aclara. Desde el primer día ya uno ve los avances.

Hombre o mujer, de cualquier constitución, pueden practicarlo. «Tendrá fuerza en las piernas o en los brazos y lo irá desarrollando poco a poco». A su escuela van alumnas que no solo acuden para hacer deporte sino por la vertiente de la sensualidad. Y es que esta disciplina se va ganando respeto y hueco entre la gente. «Es inevitable que se asocie al show y al estriptis; es más, gracias a eso supuso un impulso», dice Diana. Su historia se remonta al mundo circense y a ferias ambulantes y más tarde se incorporó a los cabarets. Aunque ahora el Pole Dance tiene federación, «se necesitan más años para que en España tenga más reputación y llegue a ser un deporte olímpico, pero llegará. Nuestro país lleva una clara desventaja con respecto a los rusos o americanos. España cuenta con escuelas desde hace seis años».

A final de mes se enfrentará a los mejores internacional en la cita mundial de Pole Dancea celebrar en Holanda. Deportistas de China, Estados Unidos y Rusia, entre otras nacionalidades, competirán para obtener la victoria. «Ya con estar allí me conformo. Es un sueño», dice Diana.

Hace dos meses ganó el Campeonato de España en su especialidad de manera autodidacta, viendo tutoriales de Youtube. «Hacía surf, crossfit, escalada y estaba en un equipo de fútbol femenino; una de mis amigas se compró una barra, fui a probarla dos veces y a la tercera, me compré una por Internet y practiqué sola con tutoriales. Así empecé».

Esta barcelonesa vino de vacaciones a La Graciosa y se enamoró del lugar. «Al mes hice las maletas y me mudé aquí. Decidí montar la escuela hace tres años porque quería que la gente tuviese un lugar para compartir experiencias, no como yo, que estuve sola». Esta disciplina, similar a la gimnasia rítmica, supone «una lucha contra uno mismo y es genial ya que cualquiera puede hacerlo», aclara. Desde el primer día ya uno ve los avances.

Hombre o mujer, de cualquier constitución, pueden practicarlo. «Tendrá fuerza en las piernas o en los brazos y lo irá desarrollando poco a poco». A su escuela van alumnas que no solo acuden para hacer deporte sino por la vertiente de la sensualidad. Y es que esta disciplina se va ganando respeto y hueco entre la gente. «Es inevitable que se asocie al show y al estriptis; es más, gracias a eso supuso un impulso», dice Diana. Su historia se remonta al mundo circense y a ferias ambulantes y más tarde se incorporó a los cabarets. Aunque ahora el Pole Dance tiene federación, «se necesitan más años para que en España tenga más reputación y llegue a ser un deporte olímpico, pero llegará. Nuestro país lleva una clara desventaja con respecto a los rusos o americanos. España cuenta con escuelas desde hace seis años».

A final de mes se enfrentará a los mejores internacional en la cita mundial de Pole Dancea celebrar en Holanda. Deportistas de China, Estados Unidos y Rusia, entre otras nacionalidades, competirán para obtener la victoria. «Ya con estar allí me conformo. Es un sueño», dice Diana.

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