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A vueltas con el mn pleno socavón defensivo de la UD resulta llamativa el derrumbe protagonizado por Erick Ferigra, uno de los refuerzos llegados en verano para alicatar la defensa, que empezó teniendo jerarquía como uno de los fijos en el centro de la zaga y que, con el paso de las jornadas, ha desaparecido del mapa. Tal ha sido su derrumbe que Pepe Mel lo tiene ya como tercera opción en la nómina de acompañantes de Raúl Navas en la retaguardia.
Eric Curbelo se ha afianzado en el puesto y, cuando no ha podido estar, Álex Suárez o Coco tuvieron su turno por delante del ecuatoriano. Sin ir más lejos el domingo en Butarque, cuando se daba por segura su presencia entre los elegidos para medir fuerzas al Leganés y, una jornada más, empezó en el banquillo. Mel tiró de él en la segunda parte, ya con todo torcido con el 2-0 que imperaba en el marcador, pero, lejos de mejorar el tono atrás, pese a estar escoltado por Navas y Coco, quedó especialmente retratado en el cuarto gol por su lentitud y falta de cintura a la hora de parar una penetración de Naim, a la postre, asistente de Merino para el definitivo 4-1. Una piedra en la mochila más para un jugador en franca recesión a juzgar por su protagonismo decreciente.
Ferigra intervino en cada una de las nueve primeras jornadas siendo titular y haciendo pleno de minutos en ocho de las mismas. El dato certifica su lugar prioritario en los planes del entrenador hasta mitad de octubre. Pero algo se rompió justo con el derbi ante el Tenerife en el Gran Canaria, primer encuentro que vio desde el banquillo, con participación testimonial en tiempo de prolongación, y en el que se abrió un ciclo que todavía ahora, un mes y medio después, se mantiene: en un viraje radical, ha pasado de innegociable a última alternativa en defensa. Una participación en Lugo como integrante del once, con gol en propia puerta y relevado al descanso, quince minutos frente al Fuenlabrada y los 45 de la jornada pasada integran su hoja de servicios en este tramo reciente de calendario y que implica las últimas nueve comparecencias del equipo.
El satauteño está brillando con luz propia y, salvo lesión o sanción, no hay quien lo mueva del once Va a más.
Apenas había contado y, en Leganés, quedó señalado en su primera titularidad Pésima su suerte.
Jugó ante el Zaragoza (2-3) los noventa minutos y hasta ahora Ha pasado de ser un ejemplo de regularidad a no contar.
No consta que haya padecido problema físico alguno, a diferencia de compañeros de demarcación como Navas, Curbelo o Coco, quien no pudo completar la pretemporada al ritmo del resto, y todo apunta a que su declive se ha debido a un rendimiento que no satisface los parámetros de Mel. Y, por lo que sea, ha sido incapaz de revertir la situación, al tiempo que comprobaba que todos le adelantaban en la carrera por hacerse sitio. Nadie duda, además, que para recibir al Sporting de Gijón el próximo, con un Curbelo que se espera de vuelta tras causar baja de última hora por una indisposición, regresará a la reserva. Actuaciones como la de Leganés poco le van ayudar a ser el que apuntaba en el inicio del campeonato.e
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