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«El Metropole es mi casa y la piscina es paz»

El pasado mes de julio la junta electoral del Club Natación Metropole proclamó al periodista Eduardo Araujo como nuevo presidente de la entidad. Ahora nos adentramos un poco más en su figura.

Rafael Falcón y / Las Palmas de Gran Canaria

Domingo, 15 de octubre 2017, 13:30

—¿Qué le motivó a presentar su candidatura a la presidencia del CN Metropole?

—Fue un accidente. En las asambleas, en mi afán de responsabilidad, decía lo que no me parecía bien. Cuando surgió la posibilidad de presentar una plataforma para intentar el relevo en la dirección del club, el líder natural era Ciro Gutiérrez, pero su cargo como Director General de Universidades del Gobierno de Canarias era incompatible, entonces me señalaron a mí. Yo, en esas situaciones, no me pongo de perfil. Está claro que asumir el cargo supone una distorsión profesional y familiar, pero lo asumo.

—¿Qué espera de su mandato?

—Que la casa quede barrida, limpia y saneada. Pero ésta es una labor de todo el equipo directivo, con el respaldo de los socios. Y ahora es importante insuflar optimismo, ganas e ilusión.

—¿Nada todos los días?

—Sí. Esa es la intención. Normalmente unos 4.000 metros diarios, pero últimamente y a la espera de reordenar todo y recuperar la rutina he bajado a 2.500 metros, tres o cuatro días a la semana.

—¿Qué es una piscina para usted?

—Mi ecosistema, mi medio, un lugar de felicidad. Nadar no es un trabajo físico, sino mental. Ese rato estás solo, sin móvil, sin llamadas. La piscina es reflexión, soledad, salud mental. Una piscina es paz y el Club Natación Metropole es mi casa.

—¿Un plan ideal para alejarse del mundanal ruido?

—La montaña, la naturaleza.

—¿Un lugar?

—Los Tilos de Moya, lugar donde pasé mi infancia y de donde procede mi familia materna. Y mi patria es mi infancia.

—Nació en la clínica Cajal de Las Palmas de Gran Canaria, ¿pero se considera moyense?

—Me considero moyero, como se decía antes. Yo soy huérfano de padre de muy joven y en Moya, repito, transcurrió mi infancia.

—¿Una manía?

—Morderme las uñas y mi aversión al vinagre.

—¿Un viaje pendiente?

—Al Valle del Rift, a la Rusia más oriental, a Bután o volver a la Patagonia.

—¿Qué significa el Metropole?

—Es un palacio, un lugar con prestigio, y estar al frente de su gestión es asumir una gran responsabilidad.

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