Borrar
Blanca Li. R. c.
Blanca Li: «Soy ultrafísica, no puedo estar sentada en una silla»

Blanca Li: «Soy ultrafísica, no puedo estar sentada en una silla»

La coreógrafa debuta como directora del festival Madrid en Danza. «Yo ahora veo el teatro lleno aunque esté al 60%»

Arantza Furundarena

Jueves, 1 de abril 2021

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Blanca Li ríe incrédula cuando se le recuerda que está considerada «mito y leyenda» de la danza. «Me emociona que se reconozca mi trabajo, pero lo que más me gusta del mundo es compartirlo con el público». Granadina de nacimiento y neoyorquina de formación, esta coreógrafa, bailarina y cineasta lleva la dirección artística de los Teatros del Canal y acaba de debutar como directora del Festival Madrid en Danza que, entre el 7 de abril y el 30 de mayo, convertirá la capital de España en el corazón mundial del arte en movimiento. «Hemos conseguido algo que muchas ciudades europeas no tienen: llevar nueve meses con los teatros abiertos y convertirlos en lugares seguros. Esto es ejemplar y casi único en el mundo», proclama.

Mantener las distancias, aplicarse gel hidroalcohólico, someterse a un control de temperatura, usar mascarilla... Blanca Li ha comprobado que el público que acude al teatro cumple con el protocolo sin esfuerzo. «Parece que lo hubieran hecho toda la vida». A ella le ocurre igual. Con un aforo máximo del 60%, al principio veía la sala medio vacía... «Ahora en cambio la veo llena, he dejado de percibir los asientos que faltan. Además se respira una emoción increíble entre los espectadores». No desanimarse y llegar al máximo «dentro de lo posible» son los lemas que animan a esta coreógrafa optimista y positiva.

Blanca Gutiérrez Ortiz nació en Granada hace 57 años y es la tercera de siete hermanos, algunos de ellos tan famosos como la directora de cine Chus Gutiérrez. «Y Tao, mi hermano mayor, que ha compuesto la música de muchas películas de Chus y de mis espectáculos». Se criaron en una casa «muy festera» donde se cantaba, se bailaba y «siempre había miles de primos». A los hermanos Gutiérrez les encantaba interpretar musicales y sus padres lo potenciaban... «Hala, ios un ratito y nos montáis algo», les decían.

Blanca se recuerda como una niña «ultrafísica» incapaz de quedarse quieta. Y no ha cambiado mucho. «Casi no puedo estar sentada en una silla -confiesa-. Por suerte, la danza me ha ayudado a canalizar toda esta energía que tengo». Aún no había cumplido seis años y ya sabía que de mayor quería ser bailarina. Pero la gimnasia se cruzó en su camino. A los 12, competía a alto nivel en el equipo nacional de gimnasia rítmica. «Ahí aprendí lo que es superarse, llegar a una meta». A los 15, sin embargo, lo dejó. Su alma libre y creativa se sentía limitada en una disciplina donde «todo se medía y tenía una puntuación».

Decidió que lo suyo era bailar. Y con 16 años creó su primera coreografía. «Enseguida encontré mi camino en el sentido creativo». Nueva York le abrió las puertas de los mejores centros de formación, donde tuvo como maestros a figuras mundiales de la danza como Martha Graham y Merce Cunningham. Allí entró en contacto con el hip hop y conoció al matemático y grafitero franco-coreano Étienne Li, a quien define como «el amor de mi vida». Todavía no estaban casados cuando Blanca decidió adoptar su apellido. «Es que tú en Francia dices Gutiérrez y es una hora para deletrearlo -explica-. Pero llegaba mi chico y decía: Li, ele i. Y le entendían. Así que un día le dije: mira, tío, ¿sabes lo que te digo? Que a partir de hoy yo también me llamo Li. Porque además Blanca Li me encanta, es como Manolita Chen, queda divino. Decidí que ese iba a ser mi nombre artístico. Y a partir de ahí me cambió la vida».

Antes Blanca había tenido un bar en Madrid. Se llamaba 'El Calentito' y en plena movida madrileña cantaba junto a su hermana Chus en 'Las Xoxonees', un grupo de 'flamenco-rap'. Rossy de Palma, que por entonces trabajaba en un bar cercano, cantaba en 'Peor Imposible'. Ambas solían cruzarse en fiestas, conciertos y «giras supercutres» y eso acabó por hermanarlas. «Uuuyyy, Rossy y yo tenemos un pasado muy intenso», bromea Blanca. También tienen vidas paralelas. Las dos han residido en París y han inspirado a Gaultier y otros grandes de la moda.

Li nunca ha ocultado su «parte gamberra». Algunos criticaron su alocada intervención en el programa 'La Resistencia', pero ella, que no en vano hizo cabaret en Pigalle, lo defiende. «Yo me lo pasé genial. Soy un poco payasa en mi vida normal y me encanta». Feminista por parte de madre, Blanca es hija de una gran emprendedora que dirigía una empresa de limpieza industrial de 500 trabajadores en una época en la que la conciliación ni se contemplaba. «Ha sido un gran ejemplo para mí. Y ahora que tengo dos hijos muchas veces me pregunto: ¿cómo lo haría mi madre con siete?».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios