Borrar
Vea la portada de CANARIAS7 de este viernes 29 de marzo

«Torres recibe una Canarias mejor que la que encontré yo»

Después de presidir su último Consejo de Gobierno, Fernando Clavijo (La Laguna, 1971) se embarcó en esta entrevista para hacer balance de mandato y del proceso negociador de pactos. Asegura que siempre estuvo dispuesto a apartarse para facilitar un pacto estable pero que no se llegó a esa fase. Evita señalar quién le decepcionó más en ese proceso e insiste en que Canarias está mejor que en 2015.

Jueves, 1 de enero 1970

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

— Estos días será investido Torres. ¿Qué se va a encontrar?

— Encontrará una Canarias mejor que la que encontré yo. Más saneada, la única que bajará la deuda en este mandato, con liquidez en las cuentas, mejores servicios públicos, más empleo y con retos importantes, porque nos dotamos del Estatuto, del REF y una nueva Ley de Servicios de Sociales. Ahora toca desarrollar todo eso.

— ¿Gobernó con el PSOE al comienzo de la legislatura? ¿Algún consejo al líder del PSOE para que no le pase lo mismo que a usted?

— ¿Y qué me pasó?

— Que aquel pacto duró año y medio.

— No. No soy de dar consejos. No soy el mejor ni el más listo que nadie. Mi recomendación, que no es consejo, es que continúe con el esfuerzo que se ha hecho por abrir el Gobierno a la sociedad en la toma de decisiones, con sindicatos, empresarios, el tercer sector, el primario... que ese contacto se mantenga porque creo que ha ayudado a Canarias al ponernos metas y conseguirlas entre todos.

— Cuando Torres llega a la secretaría del PSOE canario había una buena relación con CC y con usted. ¿Qué pasó para que eso se torciera y fuese imposible un acuerdo CC-PSOE?

— Creo que pasaron dos cosas. La primera, una necesidad de cambio, de que ellos entendían y basaron toda su estrategia electoral en echar a CC de las instituciones, por lo que eso hacía difícil sentarse después para negociar. Y en segundo lugar, que el periodo de gobierno del Partido Socialista tras la censura fue muy hostil, hasta el punto de negarnos sentencias del Supremo, como las de carreteras, como recibir y no devolver las llamadas. A mí me tocaba defender a Canarias y las demandas que teníamos en derecho y eso motivó mucha tensión. Pero la relación personal con Ángel Víctor creo que sigue siendo buena.

— Cuanto usted llegó a la Presidencia, también había una bronca monumental con Madrid y dijo que Canarias no se lo podía permitir. ¿Por qué Canarias sí puede permitirse esta tensión de la que habla usted?

— Por nuestra parte no hubo enfrentamiento.

— ¿No hubo una estrategia electoral basada en que les interesaba presentarse como víctimas de un maltrato?

— No hubo ninguna estrategia. Todo lo contrario. Nos hubiese gustado que contemplasen el Estatuto y el REF en el presupuesto, que hubiesen ingresado los mil millones de euros de carreteras... nos hubiese gustado tener una relación cordial. Detrás de esto lo que hay es mucha simpleza: esto es un dinero de los canarios y si por primera vez en la historia permitimos que se incumplan el Estatuto y el REF, haremos dejación de funciones. Eso se puede hacer con firmeza, como creo que se hizo, pero sin falta de respeto. Quizás la estrategia electoral de ignorarnos fue más del PSOE.

— ¿No dinamitaron ustedes todos los puentes cuando en plena precampaña Bañolas presenta una querella por la gestión de Torres, precisamente cuando usted ya estaba siendo investigado? Frente a un candidato investigado, ¿CC pensó que lo mejor era tener a otro candidato investigado?

— No. Eso fue una decisión del grupo insular, encabezado por Fernando Bañolas, después, según él, haber intentado en el pleno del Cabildo que se aclarase ese asunto. Dentro de la gestión de cada institución, cada portavoz es independiente.

Hablando casos judiciales y política, ¿el resultado pudo haber sido otro si usted se hubiese apartado antes?

— Tengo la impresión de que no. Siempre dije que yo no iba a ser obstáculo para un Gobierno estable que continuase el trabajo que se había iniciado. Lo importante son los proyectos y las personas somos secundarias. Ni siquiera se llegó a ese punto, porque se negocia sobre un programa y luego sobre quiénes están en el Gobierno.

— Pues CC bien que habló de personas y en un momento determinado plantearon: Clavijo se quita y también se quita Asier Antona y ponemos a Australia Navarro...

— Eso lo está diciendo usted. No lo hemos dicho nosotros. Ni siquiera alcanzamos el momento de tener un programa de gobierno, y los documentos los tenemos. Yo tomé la decisión personal de irme si era un obstáculo pero ese punto no se alcanzó y se articuló otra mayoría.

— ¿Quién le decepcionó más: Ciudadanos o Asier Antona?

— No me decepciona nadie. No llevo esto al terreno personal. Cada uno jugó las cartas como quiso.

— Habló antes de voluntad de cambio pero la identificó en el PSOE. ¿No cree que las urnas hablaron de una voluntad de cambio y que eso se tradujo en que ustedes perdieron feudos como Santa Cruz, La Laguna y el mismo Parlamento de Canarias?

— No, porque sacamos 42.000 votos más. No hubo voluntad de cambio, sino de refrendar al partido que gobernaba y al Partido Socialista. Luego, si hubiese voluntad de cambio, no hubiésemos ganado en La Laguna, Santa Cruz, el Cabildo de Tenerife, o dos diputados más en el Parlamento, con tres en la lista regional... Puedo seguir enumerando resultados. Ahora bien, las matemáticas son así y los alcaldes los eligen los concejales.

Entonces, ¿qué ha hecho mal CC para, con esos resultados, una mayoría de personas electas tuviese claro que ustedes no debían seguir en el poder? ¿No se han preguntado: qué hemos hecho para que no nos quieran?

— Esto no es tan romántico, esto no es de te quieren o no te quieren. Lo que hemos hecho es llevar tiempo en las instituciones y cuando todos vaticinaban que iba a ser nuestro apocalipsis, pues subimos en votos. Cuando llevamos mucho tiempo, seguramente pones de acuerdo a todo el mundo para quitarte. Le puedo poner el ejemplo de Nueva Canarias en Santa Lucía: ¿qué hizo mal allí o en Telde? Pues llevar tiempo gobernando. Eso es así. Mire lo de Fuerteventura, con la censura en el Cabildo, por ejemplo: ¿qué ha hecho mal la presidenta?

— Visto el resultado negociador, dio la sensación de que ustedes solo se movilizaron para ir a Madrid a ver al PP y a Cs cuando vieron peligrar Santa Cruz, el Cabildo de Tenerife y el Gobierno, porque en Fuerteventura y Lanzarote perdieron el poder desde el minuto uno.

— Esa es una apreciación suya. Cuando fuimos a hablar a Madrid con el PP y a ver a Villegas fue casi tres semanas antes de que se constituyesen los ayuntamientos. Fuimos a estabilizar un acuerdo marco pero Cs no contestó y sigue sin contestar. El PP sí contestó y por eso le dimos la Alcaldía de La Palma. Hemos pactado en diferentes ayuntamientos, tanto con unos como con otros.

— En el pacto que gobernará Canarias estará Casimiro Curbelo. ¿En qué momento le dice él que lo siente mucho pero que no estará en un pacto con CC?

— Me lo dice el mismo día que se firma ese pacto. Cuando él me dice que ha recibido la llamada de determinadas personas del PP diciéndoles que no estarán en ese acuerdo y, ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo estable, él toma esa decisión.

— ¿Le quita el sueño saber que en el Consejo de Gobierno se sienta un partido como Podemos, con el que ustedes dijeron que no pactarían jamás?

— No me quita el sueño. La democracia es así. Ellos, que decían que representaban el cambio, tuvieron un resultado muy por debajo de sus propias expectativas y por algo será. Haremos nuestro trabajo: haremos oposición a aquellas medidas que consideremos perjudiciales para Canarias.

— ¿Le quita el sueño, como exalcalde de La Laguna, ver sentado en el grupo de gobierno a Santiago Pérez, denunciante del caso Grúas?

— No. La verdad es que poquitas cosas me quitan el sueño. Ahora les toca a ellos lidiar. Desde la grada todo se ve fantástico pero cuando toca salir al campo de fútbol, las cosas cambian.

— Hablando de La Laguna y su investigación judicial, ¿su continuidad en el Parlamento tiene como fecha de caducidad el día que llegue el pleno para designar senadores?

— No. Fecha de caducidad es cuando acabe la legislatura.

— Pero después de tanto batallar para mantener el aforamiento en el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, ¿por qué no aprovecha ahora el aforamiento ante el Tribunal Supremo?

— Vamos a ver: yo no peleé para mantener el aforamiento...

— ...sus abogados sí.

— No. Si yo hubiese querido mantener el aforamiento, solo hubiese tenido que retrasar la aprobación del Estatuto y lo que hice fue impulsarlo con vehemencia. Otra cosa es saber a qué juzgado le toca. Porque usted que lo ha seguido, habrá visto que esto fue un partido de pimpón: ahora sube, ahora baja... El interés de mis abogados era no sea que se instruyese en el sitio que no le correspondía y que hubiese que volver a empezar. Nada más.

— ¿Sigue pensando que no es casual que de repente aparezca la fiscal Anticorrupción en el caso Grúas?

— Sigo pensando que no es casual que, cuando se cambia la Fiscalía General del Estado con la moción de censura, cambie el criterio de la Fiscalía. A partir de ahí se dan unas circunstancias, de retrasos, informes que no salen a la luz... que no creo que vayan orientados a salvaguardar mis derechos como ciudadano. Eso el tiempo lo dirá.

— ¿Pero no es institucionalmente que un presidente del Gobierno, y usted todavía lo es, le traslade a los ciudadanos que la Justicia no es de fiar?

— ¿Usted está siguiendo ahora el caso Alba?

— Sí, ¿y?

— A mí me parece eso todavía más grave. Lo que no vale es tener las dos varas de medir: para todo eres un ciudadano normal y corriente pero como eres presidente no puedes defenderte, porque institucionalmente eso es grave. Yo tengo el mismo derecho a expresar lo que estime conveniente. No le veo gravedad al asunto. ¿O no es grave lo que está contando su periódico con el tema de Alba?

— Pero usted es el poder ejecutivo valorando actuaciones del poder judicial en las que usted es parte.

— ¿Y el poder ejecutivo no valora actuaciones judiciales en Madrid? ¿No hay ministros y ministras haciendo eso?

— Sí, pero cuando entreviste a un ministro le preguntaré pero ahora le pregunto a usted. El imputado es usted.

— Investigado.

— Vale, investigado.

— Me parece totalmente razonable que pueda trasladar que he comparecido dos veces voluntariamente en el Parlamento y no le veo gravedad, y me parece extraño que usted no le vea gravedad, por ejemplo, a que el fiscal superior haya dicho que recibió instrucciones de Madrid de aparcar un asunto. Ha mandado una nota de prensa diciendo eso porque eso es una injerencia del poder judicial, que la Fiscalía no es poder judicial.

— ¿Por qué no actúa entonces contra la Fiscalía?

— La estrategia jurídica la discuto con mis abogados y no en los medios

— Lo digo porque es una vía para que la causa vaya al Supremo.

— Esa estrategia jurídica la discuto con mis abogados, y además me considero muy bien asesorado por ellos.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios