Un año después de la firma de la hoja de ruta que marca las nuevas relaciones con Marruecos -se cumplió el pasado 6 de abril- nadie esperaba ya que Pedro Sánchez ampliara las escasas explicaciones que ha dado hasta ahora del porqué de su giro histórico sobre el Sáhara o diera cuenta detallada de los acuerdos alcanzados en la Reunión de Alto Nivel (RAN) celebrada en febrero en Rabat.
Aun así, la comparecencia ayer del presidente del Gobierno ante el pleno del Congreso era una oportunidad para preguntarle y los portavoces parlamentarios lo hicieron, aunque sin demasiado éxito a la hora de obtener respuestas.
Más allá de insistir en que Marruecos es «un país amigo y aliando esencial» y de retar a quienes tengan una política alternativa a que la expliquen, Sánchez apenas aportó nada nuevo en su intervención.
Tampoco sobre aquellos aspectos de las relaciones con Rabat que afectan directamente a Canarias, salvo para escudarse en la reducción de la inmigración -un 63% menos en los tres primeros meses de 2023 respecto al mismo periodo del año anterior- como uno de los efectos positivos de los acuerdos con el país vecino.
La portavoz de CC, Ana Oramas, en la que previsiblemente será una de sus últimas intervenciones en el pleno de la Cámara Baja antes de su vuelta a la política autonómica, cargó con dureza contra el presidente del Gobierno, al que acusó de «tragar sapos» con Marruecos a cambio de nada.
«Usted va camino de tragarse una charca entera de batracios», le espetó, «es una vergüenza su claudicación, tan cercana a la cobardía, ante la provocación constante, la prepotencia y la altanería de nuestros vecinos», añadió.
La diputada nacionalista enumeró los asuntos que aún no se han despejado, como la definición de la mediana entre Marruecos y Canarias o los límites que se van a poner a la explotación de los fondos marinos en aguas cercanas a las islas.
Se refirió también a las «amenazas» del ministro de Agricultura y Pesca marroquí, que ponen en riesgo las casi cien licencias de pesca en aguas del Sáhara Occidental, y a la cesión del control del espacio aéreo próximo al archipiélago que ha reclamado Rabat.
Oramas hizo especial hincapié en que aún no se sabe «a santo de qué» el presidente del Gobierno de España cambió la política exterior en lo que respecta al histórico apoyo que España ha dado al pueblo saharaui, una decisión que Sánchez tomó sin consultar al Congreso y sin el apoyo de sus socios en el Ejecutivo.
«Lo peor es que no hay nada que justifique esa traición», señaló, «porque no existe ningún logro, ninguna cesión del Gobierno de Marruecos, ningún acuerdo que justifique aunque sea por puro pragmatismo que se haya claudicado ante ese país», añadió.
En relación a la inmigración irregular, la portavoz de CC recordó que la semana pasada murieron once personas en su travesía hacia Canarias y que Salvamar tuvo que rescatar a 145 inmigrantes. «Anoche llegaron 9 cayucos, en el último año han muerto mil personas, no nos hable de 63%, los muertos del mar de Canarias no son una estadística» recalcó.
El tono de Oramas no gustó nada al presidente del Gobierno, que en su turno de respuesta apenas le dedicó unos 15 segundos para reprocharle que salpicara de descalificaciones su argumentación desde la tribuna de oradores. «Lamento mucho su intervención, porque más allá de la critica política que se pueda hacer, creo que descalificar personalmente no es correcto», indicó Sánchez por toda contestación a la portavoz de CC.
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