CC recupera el poder en Santa Cruz

Pero si en el exterior los ánimos estaban caldeados, dentro del pleno todos los portavoces se lanzaron ataques sin pudor, con una Patricia Hernández que quiso morir matando y censuró a aquellos que necesitaban «el poder como el aire para vivir» refiriéndose a Coalición Canaria: «Esa falta de poder a ustedes no les deja vivir y ahora quieren que apartemos nuestros ojos de los expedientes turbios de su gestión pasada y que no demos cuenta de todo a la Fiscalía, esta es la energía que les mueve», exclamó, a la vez que les achacó que no tenían proyecto, están agotados, faltos de ideas e impulso», determinó. «Tienen miedo a que se arroje luz sobre irregularidades de las que no sabemos aún ni la mitad», apuntó.

Por su parte, el alcalde entrante, José Manuel Bermúdez, criticó de Hernández que en este último año de mandato socialista Santa Cruz de Tenerife había «ido hacia atrás inexorablemente y la ciudad había sufrido una auténtica involución». «Les dejamos las cuentas saneadas y fortalecidas y ahora nos encontramos con una situación de parálisis y estancamiento progresivo ante la falta de liderazgo de Hernández y de capacidad de su gobierno municipal, que carece de hoja de ruta», denunció.

Acaba la era Hernández en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife ante la ambición de los nacionalistas y las ganas de poder de los populares con una testigo de excepción, Evelyn Alonso, que pasará a la historia como la primera concejal no adscrita del Consistorio de la capital tinerfeña.

Hernández abandonó por un momento su tono crítico para dar las gracias «a los chicharreros, porque ser la alcaldesa en la ciudad donde nací, he vivido y nació mi hijo ha sido el mayor honor de mi vida. Convertirme en la primera mujer que preside la Corporación me llena de orgullo y mi compromiso será idéntico esté en un sitio o en otro. No me olvidaré nunca de a quién representamos», confesó.

Por último, recordó una frase de su compañero fallecido, el también socialista Pedro Zerolo: «Al final, todo saldrá bien y si no sale bien, es que no es el final», dijo.

El dirigente nacionalista José Manuel Bermúdez dijo que, antes que nada, iba a reunirse «con los agentes económicos y sociales del municipio para conocer sus demandas y qué acciones hay que poner en marcha de manera inmediata», pero quiso dejar claro que no iba a echar por tierra «ninguna acción del gobierno anterior» si al estudiarla consideraba que era beneficiosa para el municipio. «No soy una persona sectaria y me da exactamente igual quién es el padre de la idea si es buena para sacarla adelante», manifestó a los medios.

Bermúdez, que reconoció que no tuvo «ninguna duda de que la moción de censura iba a salir adelante», se alegró de que el pleno hubiese transcurrido «con normalidad democrática, con independencia de cómo lleve cada uno la tensión lógica porque se produce un cambio en la Alcaldía».

No quiso entrar al trapo de las críticas que le profirió Patricia Hernández porque «nunca he hecho calificaciones ni descalificaciones de los exalcaldes, pero está claro que ella ha defendido lo que ella mismo cree. Es lícito aunque no estoy de acuerdo con lo que ha dicho en el pleno y tampoco, en muchas ocasiones, con cómo lo ha dicho». «Esta es una moción que tiene argumentos de fondo, pero también personas honestas detrás que creen que lo que están firmando es lo mejor para la ciudad».