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Imagen de archivo de la llegada de un cayuco al puerto de La Restinga, en El Hierro, en junio del año pasado. Efe
Los patrones de cayuco se enfrentan a un sistema legal que les culpa sin pruebas

Los patrones de cayuco se enfrentan a un sistema legal que les culpa sin pruebas

Desde 2001 y hasta 2023 se ha detenido a 1.147 personas acusadas de ser patrón de un cayuco, con penas que van de cuatro a ocho años

Sara Toj

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 22 de febrero 2025, 23:03

Desde el 2001 y hasta el 2023, 1.147 personas han sido acusadas de ser los patrones de las pateras o cayucos que llegan a las costas del archipiélago con cientos de vidas en busca de un futuro mejor. Sin embargo, abogados inmersos en la defensa de estos presuntos autores de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros indican que son conscientes de que «el perfil de los que están siendo acusados no es el de las personas que obtienen un lucro» por esta actividad, en muchas de las ocasiones.

Defienden que, en estos casos, los supuestos patrones de las pateras son «personas que han querido hacer el viaje, que han querido vivir», relata la abogada especializada en derechos humanos y extranjería Loueila Mint el Mamy. La letrada, que ha intervenido en algunos de estos procesos, determina que «no se puede acreditar ni probar que realmente hayan sido ellos los patrones de la embarcación». Sin embargo, las penas recaen de igual forma sobre ellos.

Cuando una patera llega a las costas canarias, la ley permite que se detenga a los migrantes «hasta 72 horas» para registrar su nombre, su nacionalidad y otros datos, sin necesidad de autorización judicial, cuenta el abogado Daniel Arencibia. Además, cuando toman tierra, funcionarios de Frontex les preguntan cuánto han pagado por el viaje y quién ha sido el patrón de la embarcación en la que han viajado. Se inicia así la investigación para determinar a quién se puede acusar del delito previsto en el artículo 318 bis del Código Penal, en el que se detiene al individuo por, presuntamente, haber ayudado a entrar en España a otras personas sin autorización. Este delito está penado con hasta ocho años en prisión.

Además, cuando el cayuco o patera ha llegado con fallecidos, los años de cárcel aumentan. En estos casos, la «pena habitual» suele ser de un año extra por fallecido, sin pasar de cuatro años.

El dilema del prisionero

En este punto, cuenta Arencibia, entra en juego el «dilema del prisionero». Según explica el letrado, la ley permite que aquellos que acusen o colaboren para detener organizaciones criminales «puedan tener papeles y permisos de trabajo en España». De ahí que los migrantes que han llegado a las costas canarias en busca de un futuro mejor se encuentren en una encrucijada: si ninguno acusa, todos se van libres, pero sin papeles. En cambio, si uno acusa a otro, puede tener la posibilidad de conseguir los documentos.

La persona que denuncia a un posible patrón de la patera pasa a ser testigo protegido y, su declaración, servirá como prueba para condenar o no al presunto culpable.

Para Mint el Mamy, este es el «único procedimiento penal»donde ha visto que estén «indefensos, tanto la propia defensa como los propios investigados». Esto se debe a que, aunque el tipo penal de este delito prevé «a toda aquella persona que favorezca a burlar la normativa extranjera», lo que sucede en la realidad es que se «castiga a jóvenes migrantes que en muchos casos no se puede acreditar que sean los patrones». De hecho, el fin que tienen algunos de estos chicos es el de «acceder al territorio», no el de «lucrarse de las vidas de los demás».

Y las penas, según un estudio realizado por el abogado Daniel Arencibia, «son más duras» en Canarias que en otros territorios de España. Tras realizar un estudio en el que se han analizado más de 800 sentencias (entre 2018 y 2024), Arencibia destaca que la mayoría de las penas solicitadas por la Fiscalía de Las Palmas son de ocho años, la máxima para este delito. Sin embargo, esta se puede reducir a tres años si hay conformidad.

En 2024, momento en el que se publicaron los resultados de este estudio, la Fiscalía de Extranjería argumentó que no es que fueran «ni más duras ni más blandas», que lo que se hace es «aplicar la ley». La Fiscalía constata que el patrón de esa patera «no deja de ser un inmigrante que busca una vida mejor en España o en Europa». Además, el Código Penal establece que, dependiendo de las circunstancias del autor, se puede rebajar de dos a cuatro años. A su vez, indicaron que «son cosas distintas» cruzar el Mediterráneo y el Atlántico. Arencibia argumenta, a través de su estudio, que en travesías por el Mediterráneo con mayor distancia la pena ha sido menor, de dos años, para los acusados de ser patrones de la embarcación.

«Hay que poner el foco en acabar con las mafias y no poner la mirada en el último eslabón de la cadena»

Esta semana se decretó el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, del presunto líder de una organización criminal que se dedicaba a captar ciudadanos de Bangladesh y Pakistán para, posteriormente, traerlos en cayuco o patera a Canarias. El líder, llamado Mastermind, estaba presuntamente al frente de una red que se dedicaba al tráfico de personas. Se le acusa de, al menos, 180 muertes en el mar. Además, puto haber fletado en los últimos cinco años en torno a 73 embarcaciones.

Saliendo desde Mauritania y Marruecos con rumbo a las islas, los migrantes llegaban a pagar hasta 13.000 euros por todo el desplazamiento.

En acabar con estas redes de tráfico de personas se debe «poner el foco». Esto es lo que defienden los abogados expertos en extranjería, que reclaman que no se ponga la mirada solo «en el último eslabón de la cadena». Como argumenta la letrada Loueila Mint el Mamy, «la gente sigue moviéndose y sigue saliendo» y, realmente, «los que se lucran de las vidas de estas personas, las mafias, no se montan en un cayuco y están diez días a la deriva para llegar a tierra».

En la misma línea se manifiesta Daniel Arencibia, que hace hincapié en un informe publicado por las Naciones Unidas en julio de 2022 en el que advierte de que «se está ignorando a los criminales y persiguiendo a las víctimas».

En el escrito se indica que, por ahora, las autoridades no están persiguiendo de manera decidida a los grupos organizados, sino que se centran en los patrones. Mint el Mamy pone de ejemplo un caso en el que cinco personas estaban acusadas de ser los patrones de la embarcación. «Se acusaron unos a otros», recuerda la abogada.

«Por mucho que esas personas nos digan que son inocentes o por tener sentencias absolutorias, como hemos visto en la audiencia de Las Palmas, tenemos la perversión constante del premio y el castigo», reflexiona la letrada.

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