Borrar
Ciudadanos se plantea relevar a la cúpula del partido en las islas

Ciudadanos se plantea relevar a la cúpula del partido en las islas

La dirección nacional del partido naranja cree que la crisis interna desatada a raíz de lo sucedido en Santa Cruz de Tenerife, que se suma a los malos resultados electorales obtenidos el 26M, requiere un cambio de estrategia a cargo de una organización autonómica completamente renovada

Jueves, 1 de enero 1970

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Los malos resultados del 26M, muy por debajo de las expectativas, la crisis interna generada a raíz de la votación de la socialista Patricia Hernández como alcaldesa de Santa Cruz de Tenerife y la irrelevancia a la que han quedado relegados sus dos escaños en el Parlamento autonómico tras verse fuera del pacto de Gobierno, han llevado a la dirección nacional de Ciudadanos a plantearse la sustitución de todos los responsables orgánicos del partido en Canarias.

La gestión de los pactos postelectorales ha dinamitado la organización de la formación naranja en las islas, que afronta ahora una situación difícilmente reversible sin cambios drásticos, como reconocen fuentes cercanas a la dirección del partido. Si la escasa representación que obtuvo Cs en las instituciones ya había sembrado las dudas sobre la estrategia electoral seguida por los responsables en las islas, el botón de ignición lo apretó la secretaria de Comunicación y diputada electa Vidina Espino, al acusar a sus dos ediles en Santa Cruz de Tenerife de vender su voto a cambio de cargos en el consistorio municipal.

Operación orquestada

Espino no acusó únicamente a Matilde Zambudio y Juan Ramón Lazcano, que apoyaron a la alcaldesa socialista en lugar de votarse a sí mismos -lo que hubiera permitido renovar como alcalde a José Manuel Bermúdez (CC)-, sino que fue más allá y señaló directamente al secretario de Organización del partido en las islas, Juan Amigó, como artífice de una operación orquestada para acceder a la concejalía de Urbanismo por intereses particulares.

A raíz de estas acusaciones, que la portavoz del partido, Inés Arrimadas, calificó de «muy graves», la dirección nacional de Cs puso el caso en manos del Comité de Garantías para investigar qué pasó exactamente y suspendió cautelarmente de militancia a Zambudio y Lazcano, a los que abrió expediente disciplinario.

Espino, cuestionada

Sin embargo, no son los dos ediles en el ayuntamiento de la capital tinerfeña los más cuestionados, sino la propia Espino, a quien la dirección nacional le recrimina que se haya lanzado a acusar a sus compañeros de protagonizar un «tamayazo» –en alusión al affaire que tuvo lugar en 2003 en la Asamblea de Madrid y que conlleva un delito de cohecho- sin tener pruebas que lo demuestren.

«La suspensión cautelar de militancia de Zambudio y Lazcano es el procedimiento habitual que establece el reglamento interno para estos casos, pero muy probablemente quedará en nada», señalan las fuentes consultadas, «lo grave es lo que ha hecho Espino, porque si tienes pruebas te vas al juzgado y si no, no puedes lanzar esas acusaciones alegremente», añaden.

A la dirección le molestó especialmente que al día siguiente de soltar la bomba Espino no rectificara sino que, al contrario, se ratificara en lo dicho, aunque ya sin usar el término tamayazo.

Borrón

Ahora se enfrenta a varias querellas: de los ediles acusados, del PSOE y de Juan Amigó, que pese a lo que aseguró Espino no ha abandonado el partido. Ante el alcance de la crisis interna, la intención de la formación de Rivera es renovar a toda la dirección en Canarias -incluido el propio Amigó y la secretaria de Acción Institucional, Teresa Berástegui, por su responsabilidad en la elección de los candidatos y en la estrategia del 26M- para hacer borrón y cuenta nueva.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios