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La reactivación de los trabajos para delimitar los espacios marítimos de la fachada atlántica anunciada en el comunicado conjunto de España y Marruecos tras la visita de Sánchez a Mohamed VI ha desencadenado el rechazo en tromba de todas las fuerzas políticas, que -a excepción única del PSOE- se oponen a abrir una negociación «opaca» sobre las aguas canarias a partir de un acuerdo adoptado en contra del Congreso y de la mitad del Gobierno.
Los partidos consideran que no cabe negociar sobre el punto de partida que marca Rabat, que hace dos años aprobó por ley ampliar su frontera marítima y su plataforma continental hasta solaparse con aguas territoriales españolas en Canarias, sin que el Gobierno español haya planteado una denuncia ante la ONU.
«Es el peor escenario imaginable», señala el secretario general de CC y senador autonómico, Fernando Clavijo, «no entendemos que España se avenga a negociar las aguas territoriales canarias, que son nuestras, cuando Marruecos por la vía de los hechos consumados ya se ha apropiado de unas aguas que no son suyas», añade.
El dirigente nacionalista considera que la inacción del Gobierno español ante la vulneración del derecho internacional se explica ahora con el acuerdo suscrito, y recuerda que Rabat ya ha autorizado prospecciones de petróleo y gas en zonas marítimas cercanas al archipiélago.
«No solo preocupa la apropiación de las aguas sino lo que Marruecos pueda hacer luego que afecte directamente a Canarias», advierte. CC ha presentado varias iniciativas en las Cortes para que el Ejecutivo estatal aclare el alcance de la negociación.
Por su parte, el diputado de NC, Pedro Quevedo, considera que Sánchez ha suscrito «un acuerdo trucado» en un contexto de debilidad «y sin autoridad, porque tiene al Congreso en contra». El parlamentario nacionalista destaca que ya existía un acuerdo de buena vecindad que Marruecos incumplía sistemáticamente.
«Rabat generó una crisis y rompió las relaciones para dar una vuelta de tuerca y conseguir su objetivo que es apropiarse del Sáhara», expone, «pero no podemos olvidar la amenaza permanente que supone el afán de recuperar el Gran Marruecos, que es primero el Sáhara, luego Ceuta y Melilla, y luego, si se puede, Canarias», añade.
Quevedo interpreta que la referencia a la integridad territorial en la carta de Sánchez a Mohamed VI -que no aparece luego en el comunicado conjunto- supone el reconocimiento de que existe un riesgo de conflicto territorial, y entiende que la negociación de las aguas canarias es «una claudicación en toda regla».
La diputada del PP Ana Zurita ve un retroceso en el acuerdo con Rabat. «No hemos avanzado nada, vamos a peor, porque partimos de una posición de desventaja», señala, «reactivar el grupo de trabajo para delimitar unas aguas que Marruecos ya ha adoptado como suyas unilateralmente es kafkiano, y más cuando Sánchez lo ha decidido solo y desautorizado por el Congreso», añade.
El presidente del Gobierno canario, Ángel Víctor Torres, calificó ayer de «buena noticia» la reapertura del grupo de trabajo para delimitar los espacios marítimos con Marruecos, porque entiende que es la mejor forma de que «las cosas queden claras y se acaben de manera definitiva las acciones unilaterales», como las que llevó a cabo Rabat hace dos años al ampliar su frontera marítima sin negociación previa con España.
«Entonces ya dije con rotundidad que Marruecos no va a tocar ni un milímetro de las aguas canarias», expuso, «y que si así fuera tendrían en contra de manera firme a los Gobiernos de Canarias y de España», añadió.
Torres adelantó que en el grupo de trabajo encargado de delimitar las aguas va a haber representación del Gobierno canario para preservar los intereses del archipiélago. En este sentido, destacó la importancia de mantener unas buenas relaciones con Marruecos por razones económicas, comerciales, de seguridad, de flujos migratorios y «para tener claras nuestras posiciones sobre las aguas», aseguró.
Una vez recuperada la relación bilateral, el presidente canario reiteró su voluntad de viajar a Marruecos antes de que acabe la actual legislatura, igual que han hecho sus antecesores en el cargo. Señaló que es tradición que los todos los presidentes de Canarias visiten el Reino Alauí, pero que en los dos últimos años las relaciones han sido «muy tensas», por lo que ahora, abierta una nueva etapa bilateral, está de nuevo sobre la mesa la posibilidad de un viaje oficial.
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