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El PSOE volvió a ganar las elecciones en Canarias, pero el Pacto de las Flores no sumó la mayoría parlamentaria necesaria para seguir gobernando. En cambio, a Coalición Canaria (CC) y Partido Popular (PP) le daban los números con los gomeros de Casimiro Curbelo y Agrupación Herreña Independiente (AHI). Podemos desapareció de la Cámara, Román Rodríguez se quedó fuera y la ultraderecha entró con fuerza en el Parlamento regional.
A grandes rasgos, este fue el resultado de las elecciones autonómicas del 28 de mayo de 2023 en las islas, unos datos que permitieron dar la vuelta a la situación política en el archipiélago y dibujar un nuevo escenario para recuperar viejas prácticas.
Coalición Canaria (CC) volvió a ganar protagonismo en el tablero político o, como dicen sus dirigentes, «recuperar la centralidad», lo que de facto les daba la posibilidad elegir socio para gobernar a derecha e izquierda.
No hubo mucho debate y el pacto entre nacionalistas y populares se cerró en apenas una semana. A esta celeridad de los negociadores contribuyó tener la vista puesta en las elecciones generales -inicialmente previstas para finales de este año- y con las expectativas del PP en alto, convencido de que Alberto Núñez Feijóo sería presidente del Gobierno de España.
Sin embargo, el resultado de las autonómicas en el conjunto del Estado, que dio la victoria en muchas comunidades a los populares, llevó a Pedro Sánchez a adelantar las generales al 23 de julio. El PSOE ganó por escaso margen de escaños, pero aún así, Feijóo decidió acudir a una investidura que a todas luces resultaría fallida, como así fue.
A partir de ese momento, los socialistas iniciaron una complicada negociación a múltiples bandas que ha permitido a Sánchez seguir en la Presidencia del Gobierno tras un pacto del PSOE con Sumar y otras siete formaciones nacionalistas, entre ellas Junts, que requirió para dar su apoyo la polémica ley de amnistía.
Entre estas fuerzas también se encuentra Coalición Canaria, que había negociado inicialmente con el PP, pero decidió apoyar al candidato socialista a cambio del compromiso de cumplir la agenda canaria, pero dejando claro de manera explícita que no daría su voto a la amnistía.
Tras este movimiento, tanto nacionalistas como populares -socios en Canarias- se apresuraron a defender su estabilidad en el Gobierno autonómico, pero lo cierto es que el acuerdo en Madrid dejó al partido que lidera Manuel Domínguez en clara situación de debilidad porque, como apuntó un líder del PSOE, «al menor problema, ya saben donde está la puerta».
Este pacto en el Congreso también provocó cambios en el escenario político de las islas, como el nombramiento del expresidente y secretario general de los socialistas canarios, Ángel Víctor Torres, para encabezar el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática.
Las generales del 23J también evidenciaron la ruptura, una vez más, del nacionalismo canario. Tras una tensa negociación con cruce de acusaciones, CC y Nueva Canarias (NC) fueron incapaces de presentar una candidatura conjunta al Congreso.
El resultado fue que los nacionalistas perdieron su representante por la provincia de Las Palmas y CC consiguió un escaño por Santa Cruz de Tenerife.
Consecuencia también de las elecciones autonómicas de mayo fue la casi total desaparición de Podemos de las instituciones canarias. Perdió sus cuatro diputados en el Parlamento regional y apenas cuenta con diez concejales en el archipiélago, todo ello en un ambiente de bronca interna que llevó a los cabezas de lista del Cabildo de Gran Canaria a abandonar la candidatura.
La única de sus representantes que ha seguido en primera línea política es la exconsejera, Noemí Santana. Actualmente es diputada nacional de la mano de Sumar, con quien Podemos ya han roto cualquier relación y ha pasado al Grupo Mixto.
Al movimiento de Yolanda Díaz también se sumó Drago Canarias, el proyecto del exdirigente morado, Alberto Rodríguez, que no consiguió escaño. Esta alianza también ha saltado por los aires.
El acuerdo firmado en Canarias entre Fernando Clavijo y Manuel Domínguez también permitió a Coalición Canaria y Partido Popular estar al frente de los cabildos de Lanzarote y Tenerife, desplazando a Dolores Corujo y Pedro Martín respectivamente, ambos del PSOE.
Sin embargo, no hubo traslación al ámbito municipal, aunque sí se reprodujo en municipios importantes como Santa Cruz de Tenerife -el nacionalista José Manuel Bermúdez sigue al frente de la Alcaldía-; Santa Cruz de La Palma -tiene al popular Asier Antona como primer edil- o Arrecife, donde la popular Astrid Pérez dejó el bastón de mando para presidir el Parlamento.
Ahora, y tras el acuerdo estatal entre CC y PSOE, los nacionalistas se han incorporado al Ayuntamiento de La Laguna, donde gobernaba en minoría el socialista Luis Yerai Gutiérrez.
En general, la constitución de los ayuntamientos dibujó en las islas un mapa multicolor en el que la ideología dio paso a la aritmética. La ausencia de directrices para cerrar pactos en cascada y la libertad de los dirigentes locales para alcanzar acuerdos se saldó con una amalgama de siglas donde el pragmatismo se abrió paso.
En este escenario, CC se saltó su propia línea roja en Teguise, donde la alcaldesa, Olivia Duque, primero obtuvo el apoyo de Vox y posteriormente lo incluyó en el grupo de Gobierno.
Al margen del acuerdo entre populares y nacionalistas quedó Fuerteventura, donde las exigencias del PP lo dejó fuera de ayuntamientos y el Cabildo. CC se alió en esta isla con el PSOE y la dirección popular sustituyó a su dirigente majorero Fernando Enseñat y el partido está en manos de una gestora.
Nueva Canarias (NC) obtuvo en mayo de este año cinco diputados, los mismos que en 2019, pero con una diferencia sustancial: su presidente, Román Rodríguez quedó fuera del Parlamento de manera sorpresiva.
Aún así, el líder nacionalista mantiene su actividad política desde la segunda fila y se dedica al partido. La imposibilidad de cerrar un acuerdo con CC para las generales también dejó a esta formación fuera del Congreso.
Entre las sorpresas que depararon las dos convocatorias electorales celebradas este año figura la entrada de la ultraderecha en las instituciones de las islas.
Así, y sin apenas campaña, se hizo con cuatro escaños en el Parlamento de Canarias. Además, tiene presencia en las corporaciones municipales con 34 concejales y seis consejeros en los cabildos de Gran Canaria (tres), Tenerife (dos) y Lanzarote (uno). Asimismo forma parte del Gobierno de Teguise tras un acuerdo con CC.
En cuanto a las generales, Vox perdió un representante respecto a 2019 y solo tiene un diputado por Las Palmas.
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