Un conversador que sabía escuchar
'10 paseos con Saavedra' ·
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'10 paseos con Saavedra' ·
El libro de José Antonio Luján, editado este año por Mercurio, muestra al gran personaje público que fue el político socialista, pero también aspectos más humanos y personalesNecesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
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«Anivel personal, mi visión más remota de Jerónimo Saavedra se remonta a una tarde en la Universidad de La Laguna cuando al salir de la Biblioteca Central, el profesor ayudante de Historia del Arte, Carlos Pérez Reyes, oriundo de Arucas, y yo mismo comprobamos que un grupo de señores, con corbata y americanas o chaquetas de piel de ante, no habituales en el recinto universitario, ocuparon el vestíbulo de la Universidad. Y Carlos, me indicó: 'Aquel señor que está allí es Jerónimo Saavedra. A los demás no los conozco'. Al día siguiente pudimos leer en la prensa que la tarde anterior se había constituido IUDE (Instituto Universitario de Empresa) y del que el propio Jerónimo era el alma máter. Corría el mes de octubre del año 1970 y por tanto se cumplen algo más de 50 años de aquel acontecimiento».
Estas palabras corresponden a la carta de presentación del libro '10 paseos con Jerónimo Saavedra', firmado por José Antonio Luján y editado este mismo año por el sello canario Mercurio.
Son 338 páginas en las que el catedrático de Lengua Castellana y Literatura y cronista oficial de Artenara da cuenta de la vida del político socialista recién fallecido.
Sintetizar la vida de una personalidad pública como la de Jerónimo Saavedra (1936-2023) no resulta fácil, sobre todo porque forma parte del imaginario colectivo.
«Cada uno de nosotros tiene en su memoria una visión preferida de su presencia en nuestra sociedad». Ya sea a través de una entrevista, de un discurso, de un libro, de un concierto, de un mitin, de una confesión masónica...
Como recoge José A. Luján en su libro, «escuchar» a Saavedra era «un honor», por varios aspectos.
Tenía un «indiscutible bagaje cultural, aquilatado desde la transversalidad humanística».
Además, destaca en la biografía, tenía «capacidad de diagnóstico social y político» y un «alto sentido de Estado, cultivado desde una mente preclara, más allá de intrigas domésticas y triviales».
Ante una figura como la de Jerónimo Saavedra, «es un privilegio compartir esta larga confesión».
Unas conversaciones que se alargaron en el tiempo y hasta hace bien poco y que se materializan en '10 paseos con Jerónimo Saavedra'. Libro en el que se José A. Luján repite varias veces la palabra «cosmovisión» pues «el personaje» hace llegar al cronista «una selección de las ideas que conforman su visión del mundo a partir de su experiencia o de un pensamiento que construye de manera espontánea y selectiva».
Gracias a una serie de conversaciones y paseos «he descubierto muchas cosas y he aprendido otras tantas», afirma Luján, que destaca que el socialista fue «una persona noble, cauta, educada, extensamente culta, con experiencia en múltiples aspectos de la cultura europea».
Pero también «conciliador, afable, cariñoso», una persona que sabía escuchar, «con un carisma indiscutible» y del que siempre se aprendía algo.
«Jerónimo Saavedra es una fuente primordial para conocer el devenir de Canarias en los últimos 80 años».
En realidad el autor le debe al biografiado la idea de 'Triana, ruta de la memoria', serie de la que forma parte el libro dedicado a Saavedra, y «sin él mismo saberlo».
Cuenta en el libro José Antonio Luján que una ocasión el profesor Antonio de Bèthencourt Massieu le afirmó que Saavedra siempre había sido «una venturero».
Frente a la mitificación del personaje o la imagen popular que del político socialista se pudiera tener, «para mí aquellas palabras estaban cargadas de autoridad».
Y por ello, «me dije para mis adentros, aquí hay un hombre con criterio palabra independiente y con criterio propio. Yo no puedo desaprovechar la ocasión de que nos hablara de su cosmovisión». Y así fue.
El propio Bèthencourt y después el artista Pepe Dámaso fueron centro de estos paseos por el barrio grancanario de Triana, para seguir con el tercer volumen de la serie, dedicado a Jerónimo Saavedra.
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