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Si ha habido un asunto mediático en el contexto político del archipiélago en este último año, ese ha sido la bronca interna de Nueva Canarias (NC), que probablemente acabe en una ruptura formal a principios de 2025.
Las intenciones renovadoras de los alcaldes independientes y la posición de la dirección de no dimitir, sino dejar la decisión de la nueva cúpula en manos del próximo congreso, ha generado un debate que cierra 2024 con una hoja de ruta para la separación.
Este movimiento crítico está liderado por los alcaldes de Gáldar, Teodoro Sosa (BNR); de Agüimes, Óscar Hernández (Roque Aguayro); y de Valsequillo, Francisco Atta (Asba).
Los alcaldes y asambleas aliadas de NC hicieron público en abril que existía un movimiento interno que reclamaba un cambio profundo en la dirección del partido, en la que llevan instalados Román Rodríguez como presidente y Carmelo Ramírez como secretario de Organización casi 20 años, desde la constitución de esta formación, tras la escisión de Coalición Canaria (CC).
Este debate, de puertas adentro y con la máxima de «no romper nada», subió de tono después de las elecciones europeas del pasado mes de junio a las que Nueva Canarias concurrió con Sumar. El resultado fue malo, y las críticas saltaron a la esfera pública.
Ya con nombres y apellidos, los líderes municipales pidieron a los dirigentes de NC que siguieran el ejemplo de Yolanda Díaz y dimitieran de sus cargos. Rodríguez aseguró en aquel momento que no se sentía concernido por esta reclamación.
A partir de ahí, ambos sectores iniciaron un proceso de búsqueda de consenso y siempre mostraron «mano tendida». Pero mientras los críticos tienen como base de sus reclamaciones que la cúpula del partido dé un paso a un lado y permita nuevos liderazgos, desde la organización accedieron a adelantar el congreso pero no se movieron respecto al cambio de nombres.
Cada vez con menos filtros, los críticos plantearon la posibilidad de crear un nuevo espacio político, que ha servido a la dirección para señalar que su intención es un acercamiento a CC, una cuestión que de momento siempre han negado.
El último consejo político de principios de noviembre -que iba a abordar estas diferencias- se celebró con la ausencia de los críticos mientras Teodoro Sosa, alcalde de Gáldar y líder in pectore de esta nueva organización, paseaba por su pueblo con el presidente del Gobierno y secretario general de Coalición, Fernando Clavijo.
En esta reunión, NC puso fecha a su VI congreso, que se adelanta a julio. Pocos días después, Rodríguez ya señalaba abiertamente que, si se produjera una ruptura orgánica, siempre se mantendría la posibilidad de concurrir a los comicios como coaliciones electorales.
Este fue el detonante para que los renovadores empezaran a proponer en sus asambleas la votación para separarse de NC y crear un nuevo espacio político. Las mociones de censura en Agaete (BNR) y Guía (Juntos por Guía), además de que Valsequillo se haya quedado en minoría, han llevado el enfrentamiento al límite.
Más de 100 militantes de 14 asambleas municipales se reunieron recientemente en Agüimes para poner fecha a la «desconexión». A lo largo del mes de enero se reunirán las asambleas para votar ,y si la opción es abandonar NC, empezará el proceso para poner en marcha un nuevo proyecto -probablemente una federación- que sería presentado en marzo o abril.
Esta entidad estaría abierta a alianzas electorales posteriores y de entrada no cierran la puerta a ningún pacto para concurrir a las elecciones municipales y autonómicas. Hasta entonces, el compromiso es mantener la convivencia en las instituciones que gobiernan.
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