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Alta tensión en el cierre de un campaña «decisiva»

Alta tensión en el cierre de un campaña «decisiva»

El último debate electoral, organizado por Cope Canarias, escenificó las diferencias entre las dos candidatas y cuatro candidatos a la Presidencia del Gobierno canario. El bloque de izquierdas –PSOE, Sí Podemos Canarias y NC– cerca a un Fernando Clavijo que incluso presumió de gestión

Jueves, 1 de enero 1970

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El debate decisivo, coletilla instalada en el lenguaje político contemporáneo, reunió ayer en el Club Náutico de Gran Canaria a las dos candidatas y cuatro candidatos a la Presidencia del Gobierno canario en un encuentro organizado por la cadena Cope. Un enfrentamiento tenso, en el que escenificaron sus diferencias y no disimularon las asperezas que propician una quincena de días tirándose los trastos a la cabeza.

El tono se elevó en varias ocasiones. Y aunque el enemigo común para los partidos que proceden de la bancada de la oposición fue Fernando Clavijo, candidato de Coalición Canaria y presidente del Gobierno, los golpes bajos y las ironías lacerantes se repartieron abiertamente por la mesa en la que Mayer Trujillo, en su rol de moderador, se esmeraba en mantener el equilibrio entre las intervenciones

No hacía falta un debate para clarificar las estrategias en el último día de la campaña. Clavijo acampó en su rol de presidente. Defendió su gestión, presumió de mejores indicadores que cuando accedió al cargo en 2015, y recrudeció su tono tirando de refranero populista y citando a Venezuela en su primera intervención. Con ello, el nacionalista pretende incentivar el voto del miedo ante la alianza progresista que se ve en las encuestas.

Y es que el bloque de izquierdas también ha empezado a creerse los sondeos. PSOE, Sí Podemos Canarias y Nueva Canarias contuvieron los ataques cruzados. En el horizonte electoral aspiran a una suma que de para «acabar con 25 años de gobiernos de Coalición Canaria», argumento constante durante las dos horas de radio en directo.

Esa sensación flotó por el salón durante toda la mañana. Pero estaba tan asumida en los partidos progresistas como en el bloque conservador. Antona le siguió la rueda «bolivariana» a Clavijo y nadie ponía en duda la posibilidad de que, si suman, los de la izquierda agrupen fuerzas en la Cámara regional.

Incluso en el momento en el que parecía que se podría agrietar el tono entre partidos de izquierda, Ángel Víctor Torres replegó velas. El candidato del PSOE durante el bloque dedicado a pactos dijo que «no pactaría con esta Coalición Canaria», a lo que Noemí Santana le preguntó «¿es que acaso hay otra?». Ante ese escenario, el socialista pidió la palabra y le contestó: «Tiene razón, no hay otra. Probablemente sí la hubo en otro tiempo, cuando estaba formada por políticos progresistas».

A la derecha de estas fuerzas, Vidina Espino (Ciudadanos) se mantuvo en el papel que asumió al principio de la campaña, decidida a castigar a CC, como el resto, pero también a trazar una línea roja sobre el Partido Popular con la intención de nutrir su electorado directamente de la caída que se le pronostica a los conservadores. La candidata de la formación naranja quiso enfatizar durante los 120 minutos de debate en el hecho de que Coalición Canaria ha sido imbatible durante un cuarto de siglo porque PP y PSOE así lo han permitido siendo siempre muleta del Ejecutivo.

Asier Antona, por su parte, quiso venderse como el único candidato propositivo. Con argumentos de campaña construidos sobre ideas y mensajes de futuro, pero lo cierto es que gran parte de su intervención se centró en sacar recortes y carteles ante el público del Náutico, imágenes que los oyentes de la radio se perdieron.

De hecho Antona salió de su rol menor cuando tuvo varios enfrentamientos con Noemí Santana, atacando a la candidata de Sí Podemos Canarias con el chalé de Galapagar de Pablo Iglesias cuando está intentó hablar de vivienda.

En ese trance, Román Rodríguez le pedía al moderador que no permitiera que el candidato del Partido Popular sus interrupciones constantes; «¿Por qué no te callas?», dijo el nacionalista. Ese momento fue aprovechado por Clavijo para decir que se alegraba de que por un momento él no fuera el objeto de la crispación de los rivales.

Mientras Clavijo despejaba balones del área con una defensa a ultranza de su gestión y de amenazas si llega el ogro de la izquierda, el resto cargaba con todo.

Barracones

Hubo varios momentos en los que el público –militancia y asesores de los partidos mayoritariamente– se permitió una carcajada. Noemí Santana y Vidina Espino acusaron al Gobierno de Fernando Clavijo de tener a niños estudiando en barracones en el archipiélago, a lo que el presidente de Canarias, provocando una carcajada general en la sala, respondió: «No son barracones, son aulas modulares». Además atacó al PSOE al señalar que muchas de esas «aulas» fueron puestas en marcha durante la etapa en la que José Miguel Pérez fue responsable de Educación. «Pero usted no las quitó», le dijo Espino.

Así se consumieron dos horas de enfrentamiento agrio en las ondas. El último, ahora toca esperar el veredicto de las urnas autonómicas mañana.

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