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El cineasta grancanario Octavio Guerra viaja por «las distintas capas» de este inclasificable personaje con su película En busca de Óscar (Searching for Oscar), que se estrena el próximo martes, día 20, a partir de las 20.00 horas, dentro de la Semana de la Crítica de la Berlinale.
El personal método que utiliza este presidente de la vertiente madrileña de la Asociación Española de la Prensa Cinematográfica para escribir las críticas marca distancias. No ve las películas, solo interpreta sus carteles, porque, como deja claro en el propio filme de Octavio Guerra, «es lo único objetivo» que tiene a su alcance, «ya que el resto [ver la película] obliga a transitar por el terreno de la subjetividad».
«Su metodología es irónica y la gracia que tiene es que se ha consolidado. Es cierto, tal y como aparece en la película, que escribe una página sobre una película de la que solo ha visto el cartel en la revista Canibaal. El resto de la crítica lo ve como algo sospechoso y así le sale mejor el juego, porque cuando se cuestionan cosas que parecen intocables salen a relucir cosas interesantes», explica Octavio Guerra desde Valencia, donde reside desde hace años.
El cineasta isleño no le da la razón a Peyrou ni se la quita. Guerra tiene claro que «valorar una película desde un punto de vista objetivo es cuestionable» y que el «juego» que plantea la postura del protagonista de su filme pone al descubierto una realidad. «Parece que las frases de algunos críticos las hacen los publicistas. Peyrou no lo dice, pero critica cuestiones como las estrellitas que les ponen los diarios de masas a las películas en sus críticas. No se mete con los estudiosos del cine. Aunque en la película no lo dice abiertamente, considera que la crítica tiene que ser es constructiva, para que el espectador conozca mejor el lenguaje cinematográfico y pueda construir algo», señala.
En busca de Óscar muestra un momento de un taller que Peyrou impartió en un festival de cine en la República Dominicana, donde explica a un participante las conexiones y las influencias que tiene la industria del séptimo arte sobre los críticos. «La película va sobre Óscar, pero también sobre la sociedad en la que vivimos. Las personas que están en contra del sistema, también se aprovechan del mismo. Todos sabemos dónde están los puntos frágiles y cómo funcionan las cosas. Cuando Óscar habla de farsa, de mentiras, de intereses creados... retrata también a nuestra sociedad», asegura.
Reconoce que resulta «paradójico» que una producción que aborde estas cuestiones haya sido seleccionada por los críticos germanos para esta sección de la Berlinale. Tras la proyección del martes, en el Hackesche Höfe Kino, Octavio Guerra participa en un debate, junto a Giona Nazzaro, programadora de la Semana de la Crítica del Festival de Venecia, y a Alexandra Seibel, crítica de Kurier. Debatirán sobre: Ironía o anarquía: Presentar la realidad de los cines y festivales para analizarlo, mirarlo oblicuamente, entenderlo mejor. ¿Qué problemas puede transmitir la ironía cinematográfica y qué puede lograr la anarquía?
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