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Henry Cavill, en un fotograma de 'The Witcher'.
'The Witcher', un despropósito 'fantástico'

'The Witcher', un despropósito 'fantástico'

Primera temporada ·

La nueva serie de fantasía de Netflix está protagonizada por Henry Cavill y se inspira en los libros de Azdrzej Sapkowski

Lunes, 13 de enero 2020

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Si algo hemos aprendido, y más en tiempos de sobreabundancia seriéfila en los que cada vez es más difícil separar el trigo de la paja, es a no dejarse llevar por las campañas promocionales ni las etiquetas bajo las que nos venden los nuevos estrenos. 'The Witcher' es un perfecto ejemplo. Han dicho de ella casi todo. Los referentes eran elogiados, los libros (trilogía escrita por Andrzej Sapkowski) y lo que vino después: videojuegos, juegos de rol, cómics.. Pero el que se enfrenta a la ficción, con la humildad de no tener esos ascendentes en la mochila, solo ve un compendio de despropósitos. Eso sí, despropósitos muy caros. Porque todas las piezas se ven muy cuidadas, con una inversión tremenda, incluso un casting que, de media, podría obtener el aprobado pero… ¡pero, ¿esto qué es?!

El argumento de 'The Witcher' es lo suficientemente complejo para resumirlo aquí y conseguir hacerlo sin desvelar nada. Por empezar por el principio, todo arranca con un brujo-cazador de monstruos, Geralt de Rivia (Henry Cavill), que va viajando por el mundo en modo mercenario. Por otro lado está Ciri (Freya Allan), una heredera aspirante a maga, y la jorobada Yennefer (Anya Chalotra), ambas, inicialmente, viviendo otros enfrentamientos en paralelo. A las anteriores se suma una retahíla de personajes secundarios que aparecen y desaparecen sin aportar un ápice de humanidad o capacidad empática con el espectador pero eso sí, rodeados de misticismo, fantasía y despliegue de efectos especiales.

Según vamos avanzando en cada uno de los larguísimos episodios de la primera temporada se afianza una duda: ¿esto va en serio o es de chiste? Y según cómo se lo tome cada uno, llegará incluso a conectar con la serie. Si nos intentamos poner intensos, acabaremos lanzando un zapato al televisor. Si bajamos el listón y asumimos que es un carrusel de licencias creativas extravagantes sin orden ni concierto, quizá -y solo quizá- hasta nos llegue a hacer gracia. ¡Y nos entretengamos! Porque con todo, y a pesar de lo que pudiera deducirse de lo anterior, si uno no tiene nada mejor en qué invertir su tiempo (¿en serio?) podría llegar al capítulo siete y con ganas de más. No porque entonces se convierta en una buena serie sino porque ya estará atrapado en su enrevesada espiral intentando buscar una salida. «El destino», que diría cualquiera de los personajes.

Según caminamos por este pedregoso camino hasta entender 'de qué va esto', 'The Witcher' se deja llevar por momentos explícitamente sangrientos y por otros de sexo totalmente gratuito. ¿Y los diálogos? Aquí el mejor favor que se puede hacer a la serie es obviar cualquier tipo de comentario al respecto.

Un fotograma de 'The Witcher'.
Un fotograma de 'The Witcher'.

Una serie que ha lanzado un mapa interactivo para ubicar a los personajes y saber en qué época sucede cada trama de cara a que el espectador sepa por dónde se mueve. Y donde unos ven un complemento, otros, la necesidad de tapar las incoherencias o, directamente, una mala narrativa. Porque 'The Witcher' está lleno de conflictos confusos y rivalidades cuyo origen no está muy claro, especialmente las relacionadas con los elfos y los humanos, que da varios virajes durante la temporada.

Lo peor que le puede pasar a una serie cuando llega a su fin, además de la irrelevancia, es que a uno le pregunten: ¿y de qué iba? Y al otro lado… ¿lo escuchan? Es el silencio.

La primera temporada completa de 'The Witcher' está disponible en Netflix desde el 20 de diciembre de 2019.

Vídeo. El tráiler de 'The Witcher'.

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