'Pares y nones': amor y una distopía poco sutil

Las distopías, en la pequeña y gran pantalla, popularizadas desde antaño por la literatura, dan la voz de alarma sobre problemas de hoy llevándolos al extremo en una civilización futura, en otro tiempo, espacio o dimensión paralela. Es una tendencia imparable en el medio audiovisual. Está al orden del día adaptar a la gran pantalla novelas aplaudidas por el público juvenil que describen un mundo nada esperanzador, para que nuestras conciencias, más que agitarse, se calmen antes de que todo vaya a peor. 'Pares y nones', estrenada directamente el pasado fin de semana en HBO, es la última propuesta en esta línea elaborada para el consumo popular. Plantea un mundo en el que la sociedad africana es más moderna que la occidental e invadió en su día lo que hoy conocemos como Europa. Es, por tanto, una historia alternativa, un 'What if' donde se intercambian los roles y son los caucásicos los que sufren las consecuencias del racismo y la esclavitud. Basada en el material literario de la escritora británica Malorie Blackman, carga las tintas, inevitablemente, en el romance imposible de los jóvenes protagonistas, en un mundo donde están prohibidas las relaciones interraciales. Separados por la sociedad, pero unidos por una pasión prohibida, pelean por algo más que el derecho a estar juntos. O eso dicen.

'Pares y nones', producción de la BBC, es una suerte de 'Romeo y Julieta' en un mundo distópico. La población blanca está sometida por los africanos: África es más rica y avanzada tecnológicamente que el resto del mundo. Los blancos, los nones, sufren en sus propias carnes el racismo, aunque todo apunta a la lucha de clases. Hay amor, terrorismo, disturbios, algaradas, injusticias, rebeldía juvenil… Todo en bajas dosis. El trasfondo social es tan evidente como poco sutil. Violencia light, a pesar de la dureza del tema, y poca imaginación a la hora de reflejar una sociedad distópica que parece cubrir tres manzanas, el barrio de los pobres y la casa de los ricos. Supuestamente estamos en Gran Bretaña, en el siglo XXI, y los blancos sobreviven a duras penas bajo el yugo africano, cometiéndose los mismos errores que ocurren en nuestra realidad actual sin que movamos un dedo para solucionarlo. El terror y la incomprensión cambia de bando. En tiempos de Trump está bien que existan este tipo de producciones que buscan concienciar al gran público, aunque su mensaje es tan evidente que resulta tosco, sin zonas grises, esquivando una aguda reflexión sobre tan espinosa temática. Las pobres escenas de acción no ayudan a mantener la atención de una narrativa morosa que se deja llevar por las trazas de culebrón. Es inevitable pensar en 'Jungle Fever (Fiebre Salvaje)', o en cualquier obra primeriza de Spike Lee, simplemente por la estética, pero ojalá hubiese aquí algún ápice de la rabia del realizador de 'Haz lo que debas'.

'Pares y nones' está disponible en HBO.