Animal Zahera
Crítica de televisión ·
Luis Zahera ya era muy popular en Galicia cuando en el resto de España descubrimos a un robaescenas de voz cavernosa en 'Celda 211' y 'El reino'Luis Zahera ya era muy popular en Galicia cuando en el resto de España descubrimos a un robaescenas de voz cavernosa en 'Celda 211' y ' ... El reino'; es pensar en 'As bestas' y venirte a la cabeza su amenazante aldeano: «¿Qué, te aburrimos, francés?».
Zahera ha tenido que agradecer un bombón de personaje como el veterinario de 'Animal', una serie de nueve episodios que no llegan a la media hora en Netflix, cuyo éxito ha provocado que se anuncie la segunda temporada. Víctor García León, director de 'Vete de mí', 'Selfie' y 'Los europeos', está detrás de una comedia simpatiquísima, en la que su protagonista se muestra permanentemente a disgusto, cabreado, superado y hasta víctima de crisis de ansiedad. Un gran profesional en lo suyo, al que las deudas le obligan a dejar de curar a las vacas y ovejas de las granjas vecinas para trabajar en una tienda de mascotas en un centro comercial.
El protagonista no soportará a los dueños de mascotas, urbanitas con más traumas que sus animales. Su sobrina, encargada de la tienda (Lucía Caraballo), tratará de apagar los fuegos. La comicidad surge del contraste entre la dulzura de una y el cinismo del otro, del choque entre las frases de autoayuda de las tazas y el sentido común de un hombre de vuelta de todo.
'Animal' puede remitir a 'Doctor en Alaska' por el retrato de un protagonista fuera de su hábitat, aunque no termina de desarrollar los secundarios, como los empleados de la tienda y los ganaderos que pagan con huevos y leche al veterinario, él que es intolerante a la lactosa. Lo que resulta un espectáculo es contemplar a Luis Zahera en albornoz con sus pelos de loco, clamando al cielo e introduciendo el brazo en el recto de una vaca como si siempre lo hubiese hecho.
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