Las parejas imposibles
Crítica de televisión ·
Divertida, ácida e ingeniosa, 'Hacks' funciona por lo bien escrita que está, por el extraño mundo en el que se mueve y por la pareja de humoristas imposible
Pocas cosas hay más satisfactorias que una buena sorpresa. Leer una premisa, con cierto escepticismo, y acabar metiéndose entre pecho y espalda nueve capítulos seguidos ... en una tarde tonta de domingo no es muy habitual. Es lo que me ha pasado con 'Hacks', la ficción que hace poco comenzaba en Max su tercera temporada y que ya ha confirmado una cuarta tanda de episodios.
Creada por Lucia Aniello, Paul W. Downs y Jen Statsky, la ficción sigue los pasos de Ava Daniels (Hannah Einbinder), una joven guionista de Los Ángeles cuya carrera está a punto de irse al garete debido a un incendiario tuit. Su agente le da una última oportunidad: viajar a Las Vegas y trabajar para Deborah Vance (Jean Smart), una legendaria cómica de 'stand-up', que está a punto de perder su residencia en el casino Palmetto, escenario en el que realiza el mismo monólogo todas las noches. La idea, claro, es que Ava contribuya a que una Deborah, cómoda en su anquilosado papel, renueve su material cómico, aunque ninguna de las dos esté al principio por la labor.
Divertida, ácida e ingeniosa, 'Hacks' funciona por lo bien escrita que está, por el extraño mundo en el que se mueve –el exotismo de Las Vegas y su extraña galería de personajes tienen algo de adictivo–, pero sobre todo por esta pareja de humoristas imposible, en constante y feliz fricción, para deleite del espectador, que solo logrará sus propósitos cuando venza sus prejuicios y rencillas y surjan la amistad y el respeto en la relación.
Jean Smart y Hannah Einbinder están estupendas como las estrellas de una serie distinta que, a menudo, deja con ganas de más. ¡Qué rabia que buena parte de los monólogos no se representen en la pantalla!
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