'Gente hablando': Álvaro Carmona se pone serio

Siguió desarrollando su aventura musico-cómica con canciones como 'La capital mundial', en esa suerte de dúo rapero llamado Da FLOWers que formaba junto a Tomàs Fuentes, y también con los temas que el humorista ha ido entregando a 'El intermedio'.

Pero Carmona también ha seguido cultivando el amor por los escenarios con distintas obras de 'stand-up comedy' y una faceta algo más seria, aunque sin perder de vista el humor, que le llevó a dirigir varios cortometrajes y dar a conocer su primera serie. 'Gente hablando' desembarcaba en Flooxer, la plataforma de Atresmedia, a finales de 2018. La premisa era tan interesante como innovadora: seis capítulos independientes y autoconclusivos, de entre nueve y quince minutos de duración, en los que un diálogo entre dos personas es el motor de la acción. En su momento nos la perdimos, y es que es una pena que sitios como Flooxer o PlayZ, de RTVE, no tengan tanto impacto como sus hermanas mayores porque creatividad y grandes dosis de originalidad son la habitual respuesta a unos presupuestos más ajustados y a la menor necesidad de ofrecer cierta rentabiliad.

'Gente hablando' ha vuelto con una segunda temporada y lo ha hecho en plena forma. Una vez más seis capítulos que giran en torno a un diálogo y que a menudo se benefician de falsas secuencias largas y de unas actuaciones muy naturales -nos imaginamos las tomas que se han tenido que realizar-. Aquí te organizamos los capítulos de mejor a peor. Pero nos permitimos también darte un consejo: velos todos porque son muy buenos.

Delicioso este intercambio de pareceres entre una pareja que lleva ya cerca siete años juntos. El punto de partida es una conversación en torno a si ver el siguiente capítulo de una serie o no. La negativa de él (Raúl Fernández de Pablo) da el pistoletazo a una discusión acerca de la estabilidad emocional, la monotonía y la rutina o la necesidad de romper con lo previsto de vez en cuando. Es un toma y daca que pone en solfa conceptos como qué es una pareja exitosa y si eso conlleva o no la pérdida del deseo, con un final imprevisto y encantador. Tanto él como Itxaso Arana están sencillamente espectaculares.

Otro tira y afloja magistral. En esta ocasión son una madre (Mariola Fuentes) y una hija (María de Nati) las que inician una discusión cuando esta dice que quiere operarse de la nariz. Los intentos por hacerle ver a la joven que lo primero que debe hacer una es quererse a sí misma no calan en una chica que ya es independiente y que quiere empezar a tomar sus propias decisiones. Materias como el feminismo, la madurez o los avances ideológicos que se les presuponen a las generaciones venideras se ponen aquí sobre la mesa, mientras el esposo y padre Lluís Villanueva intenta mediar en el conflicto. Diálogos inteligentísimos que consiguen que el espectador cambie varias veces de parecer.

Ojo a esta maravilla estructurada en dos planos secuencia (sí, dos), reproducidos a la vez, uno a la izquierda y el otro a la derecha, que abordan el principio y el final de una relación de tres años, desde el punto de vista de él (Miki Esparbé). No es que el relato tenga una gran profundidad -más bien lo contrario-, pero el juego entre ambas realidades, la alegre y la triste, es tan compleja y sublime, ayudando la primera a entender muchas de las cosas de la segunda, que uno no puede evitar quitarse el sombrero. Una genialidad en el plano técnico y formal.

Llegó a decir Carmona en un Leit Motiv que el punto de partida de esta historia es real: un tipo pidiendo en la calle (Manolo Solo) entra en una suerte de Starbucks tras reunir el dinero necesario para el café más caro de la tienda. Aquí la diferencia en que la persona trajeada que le ha dado los últimos 50 céntimos (Antonio Durán 'Morris') ha entrado antes. Y, claro, se vuelve loco al ver que él sólo se ha pedido una bebida de 3 euros y medio y el otro una de diez euros. La conversación será inevitable. El planteamiento sirve de excusa perfecta para tratar temas como los prejuicios, las falsas apariencias, el clasismo imperante en la sociedad o la invisibilidad de la pobreza, en un dialogo maravilloso que en boca de otros actores podría haber sonado superficial y redicho. Magia.

Berto Romero y Pilar Bergés dan vida aquí a dos hermanos que reciben las últimas voluntades de su madre: ser enterrada en Miraflores, Argentina. Comienzan así una conversación acerca de lo ético de mentir a la progenitora o no para no desembolsar el pecunio necesario para cumplir con esa voluntad. Una pieza que demuestra, una vez más, que Romero puede con cualquier papel -es un actor excelente- y que solo falla en su conclusión, algo esperada.

Es el único capítulo en el que Carmona da vida a uno de los personajes. El otro es Gorka Otxoa. Ambos hacen un programa de humor para su canal de YouTube, pero el primero de ellos comienza a no verlo claro: su hijo ha llegado del colegio preocupado diciendo que sus compañeros se estaban burlando de 'La mandanga', el programa que Carmona y Otxoa hacen desde hace años. 'El canal' del síndrome de Peter Pan, de la madurez, de la desconexión con las generaciones, entre muchas otras cuestiones, pero se precipita hacia una resolución un poco floja.

Las dos temporadas de 'Gente hablando' están disponibles en Flooxer.