El bunker
Crítica de televisión ·
Es una serie de la que no se puede desvelar demasiado, pero no pongan las expectativas muy altasDecía Hitchcock que toda película debía empezar con un terremoto y luego ir aumentando su intensidad. Pues bien, en 'El refugio atómico', la nueva serie ... de Netflix a cargo de Álex Pina y Esther Martínez Lobato, los creadores de 'La casa de papel', es al revés. Empieza con una guerra atómica, sigue con una mentira, pasa por una mala copia de 'Gran hermano' y finaliza como un culebrón venezolano. ¡Vaya decepción! Es una serie de la que no se puede desvelar demasiado, pero no pongan las expectativas muy altas.
Si les puedo contar que ante el posible desencadenamiento de una guerra nuclear, los mayores multimillonarios y sus familias ingresan en un refugio atómico de cinco estrellas, con apartamentos, azafatas, sirvientes y personal al servicio de la confortabilidad de los clientes que han pagado una fortuna por pasar bajo tierra unos días a todo tren mientras fuera el mundo se despedaza. Y con una directora a disposición de cualquier capricho que se les antoje a los huéspedes.
Son ocho episodios en esta primera temporada (el final es lo suficientemente abierto como para que siga). La acción apenas sale del bunker, pero no resulta claustrofóbico por los diferentes ambientes, los espacios diáfanos y su amplitud, y con personajes pensados para que haya entre ellos todo tipo de enfrentamientos, donde el dinero no soluciona nada. Pero si quieren saber qué está pasando, sigan el rastro del dinero. Por contra, las relaciones familiares, los secretos personales y los conflictos son estereotipos que van hundiendo cada vez más la trama que hasta el punto de que los encerrados se desentienden de lo que ocurre en la superficie. Las tensiones emocionales no son creíbles. Una serie que empieza con el apocalipsis y finaliza como un melodrama cutre.
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