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Cuando Queen (o lo que queda de Queen) arranque la gala de los Oscar con 'Bohemian Rhapsody' en homenaje al filme más rentable del año (750 millones de euros de recaudación en todo el mundo), dará comienzo la edición más trascendental en la historia de los premios. Hollywood se juega mucho en la madrugada de este domingo, hora española (la gala se retransmite por Movistar Plus). No solo se trata de que el previsible triunfo de 'Roma' altere para siempre el 'status quo' de la Meca del Cine, sino que el futuro de la propia ceremonia está en entredicho tras caer en audiencia progresivamente en los últimos años.
«Si gana los Oscar una película distribuida originariamente por internet, el debate en Hollywood sobre qué constituye cine se habrá acabado», profetiza el 'New York Times'. Netflix ha invertido 25 millones de dólares en la campaña de promoción para conseguir la estatuilla a toda costa, casi el doble de lo que costó el filme del mexicano Alfonso Cuarón, rodado en blanco y negro y hablado en español y mixteco. Los estudios han admitido finalmente que las plataformas de internet son un agente más en el negocio del entretenimiento. La mejor prueba es que Netflix es la primera compañía de 'streaming' admitida en la MPAA (Motion Picture Association of America), el lobby casi centenario del que forman partes gigantes como Disney, Fox, Universal y Warner. Sus quince nominaciones al Oscar este año la convierten en una compañía cinematográfica y no tecnológica.
Esta era de cambios inmediatos también afecta a la propia concepción de la gala, que a los ojos del público más joven aparece como un espectáculo-dinosaurio de tres horas sin más alicientes que ponerlo a caldo en las redes sociales. Por primera vez desde 1989, la ceremonia no tendrá presentador. La renuncia del cómico Kevin Hart tras salir a la luz tuits homófobos de años atrás demostró el poder censor de Twitter y desanimó a los posibles sustitutos, que no desean un escrutinio que saque a la luz algún desliz del pasado.
Para reemplazar a Hart la Academia ha decidido que entreguen los galardones estrellas como Whoopi Goldberg, Barbra Streisand, Charlize Theron, Jennifer Lopez, Samuel L. Jackson o nuestro Javier Bardem. El cocinero asturiano José Andrés, toda una celebridad en EE UU, azote de Trump y siempre implicado en labores humanitarias, se encargará de presentar las ocho cintas nominadas a mejor película. También subirán al escenario del Teatro Dolby personalidades ajenas al cine, como la tenista Serena Williams y los músicos Pharrell Williams y Tom Morello.
Acortar la entrega de los premios en estos tiempos de 'memes' y vídeos de segundos en YouTube y acercarla al espíritu popular de los MTV Awards, votados por los espectadores de la cadena, han sido dos prioridades de la Academia que no han llegado a buen puerto. El agosto pasado se anunciaba la creación de un Oscar a la película más popular, una ocurrencia que provocó un sinfín de críticas y que llevó a la organización a dar marcha atrás. «Reconocemos la necesidad de discutirlo mejor con nuestros miembros», admitió la Academia en un comunicado.
El otro disparate de la 91 edición de los premios llegó hace un mes. Cuatro de las categorías –fotografía, montaje, maquillaje y peluquería y cortometraje de acción real, donde este año compite el español Rodrigo Sorogoyen con 'Madre'– se iban a entregar durante las pausas publicitarias. Los agradecimientos se editarían para emitir un resumen de los mismos y aligerar la duración de la ceremonia. Una carta en protesta firmada por algunos de los cineastas más relevantes –Martin Scorsese, Spike Lee, Quentin Tarantino, Michael Mann– obligó a recular. «Desterrar estos trabajos a un nivel menor es un insulto a aquellos de nosotros que hemos dedicado nuestras vidas a esta profesión», denunciaron.
Así las cosas, todos los ojos están puestos en 'Roma', que según las casas de apuestas obtendría cuatro estatuillas: mejor película, director, película de habla no inglesa y fotografía. Alfonso Cuarón firma una crónica autobiográfica y regresa al convulso DF de los 70 para homenajear a la criada de su familia, una segunda madre que unía la doble condición de mujer e indígena. 'Roma' es casi una cinta de arte y ensayo si la comparamos con su principal rival, 'Green Book', una historia de amistad ambientada en el racista EE UU de los años 60 entre un músico negro y su chófer italoamericano. Un barrigón Viggo Mortensen puede poner en apuros al favorito en la categoría de actor protagonista, Rami Malek, clon de Freddie Mercury en 'Bohemian Rhapsody' y ganador del Globo de Oro.
Irrupción de Netflix
decisiones corregidas
Frente al buen rollo de 'Green Book' encontramos la sátira política de 'El vicio del poder' e 'Infiltrado en el KKKlan'; en la primera, Adam McKay repasa la corrupción moral de los últimos gobiernos republicanos con la excusa de trazar un biopic del exvicepresidente Dick Cheney; en la segunda, Spike Lee también se inspira en un personaje real, un policía negro que se burló del Ku Klux Klan, para recordar que Trump lleva a su país hacia el abismo y la confrontación. 'Ha nacido una estrella' y 'Bohemian Rhapsody' aportan el espectáculo musical –Bradley Cooper y Lady Gaga se llevarán el Oscar a la mejor canción por 'Shallow'–, mientras 'La favorita', del griego Yorgos Lanthimos, cubre la cuota de cine de autor europeo.
Sería bonito que Yalitza Aparicio, la cuidadora de 'Roma', profesora de preescolar en la vida real y primera indígena nominada al Oscar a mejor actriz, se llevara la estatuilla. Sin embargo, la favorita es Glenn Close, que ostenta el récord de nominaciones fallidas –siete– y tiene todos los boletos para el triunfo con su papel de cornuda mujer de un escritor premio Nobel de Literatura en 'La buena esposa', la cinta que mejor encaja con el discurso del #MeToo.
En cuanto a la única presencia española en los Oscar, Rodrigo Sorogoyen reconoce que estará «temblando y con una sonrisa gigantesca» cuando se lea el ganador al mejor cortometraje de acción real. El autor de 'Madre', que se llevó el Goya al mejor director por 'El reino', es el séptimo realizador español nominado en una categoría en la que vinieron de vacío Juan Carlos Fresnadillo, Nacho Vigalondo, Javier Fesser, Borja Cobeaga, Esteban Crespo y Juanjo Giménez.
Cuando los ojos del mundo están puestos en Venezuela, uno de sus artistas más internacionales tendrá un lugar de privilegio en la gala de los Oscar. El director de orquesta venezolano dirigirá a la Filarmónica de Los Ángeles en el 'In Memoriam', el segmento que recuerda a las personalidades del cine fallecidas en el último año y en la que tendrá cabida sin duda el director Stanley Donen, que este sábado moría a los 94 años.
Dudamel se ha significado políticamente a favor de la apertura en Venezuela. «Hay que abrir las puertas para que la ayuda humanitaria llegue imperiosamente a los venezolanos», escribía en su cuenta de Twitter, donde invocaba a las Fuerzas Armadas «para que esta ayuda llegue lo antes posible a quienes tanto lo necesitan». Dudamel lanzará el 15 de marzo un disco doble junto a la Filarmónica de Los Ángeles en el que rinde homenaje al compositor John Williams, el autor de bandas sonoras como 'La guerra de las galaxias' y 'ET.El extraterrestre'.
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