Borrar
Vea la portada de CANARIAS7 de este viernes 20 de septiembre
Paco Limón y Julio César Sánchez presentan junto a Esteso el documental 'Sesión salvaje'. Efe
La floja cosecha de cine de terror que deja 2019

La floja cosecha de cine de terror que deja 2019

La Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián ha cumplido 30 ediciones, nada más y nada menos. Tres décadas repitiendo una fórmula que parece no agotarse.

Miércoles, 6 de noviembre 2019

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Opciones para compartir

Apenas ha habido unos días para descansar entre el festival de Sitges y la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián. Ambas citas ineludibles para cualquier aficionado al cine de género que se precie han certificado que 2019 no va a pasar a la historia como un gran año para los seguidores de la fantasía, el horror y la ciencia ficción. La cosecha anual no es especialmente sugestiva, con alguna excepción situada en los márgenes. No hay una razón explicable, los festivales reflejan en su nutrida programación lo que hay, pero teorizando podemos llegar a algunas conclusiones obvias, como la clara domesticación del fantaterror en pos de la comercialidad, un estado que se corresponde con la actual infantilización del medio. Por un lado, las propuestas que llegan al gran público, descafeinadas y plagadas de clichés, se apoyan en una estética de telefilme poco provechada que encandila al espectador medio, acostumbrado a los productos subrayados (el lado oscuro del auge del formato serializado), mientras son aplaudidas como autorales algunas producciones que se ahogan en un mar de referencias que no cuelan como pretendidamente modernas a nada que se escarbe en la superficie. Se le notan las costuras, en gran medida, al grueso del cine de género contemporáneo, razón de más para que destaque una película modesta como 'El hoyo', premiada en Sitges y rescatada para inaugurar el festín donostiarra, confirmando su interés como muestra de serie B con mensaje frente a tanta pulcritud técnica sin alma.

'El hoyo' se estrena en salas este fin de semana, con una ristra de premios a sus espaldas. Es inevitable no acordarse del multipremiado corto 'Next Floor' de Denis Villeneuve, o de 'Cube', la cult-movie de Vincenzo Natali, mientras disfrutamos de esta producción vasca dirigida por Galder Gaztelu-Urrutia rodada en un único espacio, aprovechando al máximo la coyuntura. Metáfora de la condición humana, la destrucción de la conciencia de clase vertebra una parábola social que empieza mejor que acaba y se apoya en una realización tan visceral como cerebral que se eleva con la entrega de su plantel de actores. Tras la esperada inauguración pudo verse en sesión nocturna 'Little Monsters', programada también en Sitges, otra de zombis con problemas de ritmo que empieza como un tiro, despachando chistes gruesos, para pecar posteriormente de sensiblera. Lupita Nyong'o, un lujo. El coprotagonista, un lastre. Entretenida, con algún puntazo original a pesar de la manida premisa. La rusa 'Why Don´t You Just Die!' casi se lleva el premio del público con su salvaje despliegue de hemoglobina, un show de humor negro con giros continuos a partir de un simple enredo doméstico. Más delirante se antojó el pase de madrugada de 'Bullet of Justice', con supersoldados nacidos tras experimentar con un cruce entre humanos y cerdos. Un despiporre de serie Z.

Lovecraft y mucha sangre

El público congregado en el Teatro Principal, sede indispensable del mayúsculo ritual donostiarra, disfrutó con 'Vivarium', una suerte de capítulo de 'The Twilight Zone' alargado, metáfora de nuestra existencia. Le sobra metraje, pero consigue un tono estrambótico digno y se vuelve muy loca en su tramo final, lo que es de agradecer. No se corta en su conclusión, todo la contrario a la torpe 'Dreadout', una de las aperturas más aburridas de una puerta al más allá en la historia del cine de terror. Decepcionó un poco también el maratón nocturno dedicado al cine nipón, con 'Rise of the Machine Girls', más de lo mismo (es una nueva versión de 'The Machine Girl'), e 'It Comes', más interesante pero difícil de digerir después del gore de colores. 'The Room', no confundir con la casposa oda al humor audiovisual involuntario, la hemos visto mil veces. Es inevitable no imaginar por dónde va a abrirse camino desde el primer minuto. Terror doméstico, de pareja e hijo malévolo, corriente en auge. Nos asustan las generaciones venideras. 'Color Out of Space', por contra, con Nicolas Cage, siempre bienvenido en un evento de estas características, bajo la dirección de Richard Stanley, atrapó al personal congregado en la sala oscura. Adaptación libre del conocido relato de H. P. Lovecraft, apuesta por un cine de género old school para sumergir al público en una pesadilla metafísica absorbente. Los efectos visuales son un must.

Un fotograma de 'Color Out of Space'.

La cinta irlandesa 'Extra Ordinary' se llevó el Premio del Público con una propuesta sobre una mujer corriente con poderes paranormales que no lleva bien su don. Brilló por su aparente sencillez. 'Amigo', por su parte, es una inquietante muestra de cine independiente patrio con un dueto protagonista excéntrico,Javier Botet y David Pareja, conocidos por su estrecha colaboración en piezas cortas donde el humor incómodo manda. Ambos actores lo dan todo físicamente, en una apuesta perturbadora de desolador clímax. Las hermanas Soska firman una nueva versión de 'Rabia', el filme de David Cronenberg, con múltiples guiños a la filmografía del inefable cineasta canadiense. Mucho ruido y pocas nueces. Se la comió con patatas en un programa doble la excesiva 'Bliss', carnaza y drogas a tutiplén en un viaje lisérgico con toneladas de sangre que apunta a Gaspar Noe y su 'Enter the Void'. Floja se antoja 'Sadako', enésimo acercamiento al fenómeno 'The Ring', con Hideo Nakata tras la cámara, que viajó a San Sebastián a presentar su última película y se asustó con la histriónica audiencia que aplaude, ríe y brama a lo largo de la proyección en un ejercicio de catarsis colectiva. Nefasta fue 'The Furies', probablemente lo peor rodado proyectado en el festival junto a 'Deathcember', una colección de 24 cortometrajes de muy irregular resultado. Ambos títulos destrozaron la esperada Noche de Halloween, con su tradicional concurso de disfraces (que si deja de existir no pasa nada). Gustaron 'Blood Machines', de estética rompedora, y el documental 'Sesión salvaje', dedicado al cine de género nacional que marcó a varias generaciones. El evento cerró con buen nivel con el pase de 'Ventajas de viajar en tren', que visita la cartelera este mismo viernes. La ópera prima de Aritz Moreno, un habitual de la Semana, da para reír y estremecerse. Es un juego de muñecas rusas palpitante que cuenta, probablemente, con la mejor secuencia del cine nacional en tiempo, con música de Massiel. La popular cantante estuvo presente en la presentación de la premiere, al igual que Fernando Esteso por 'Sesión salvaje', lo más terrorífico del banquete donostiarra, una cita especial que ojalá dure eternamente, aunque la cosecha del año no acompañe siempre.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios