Drogas, fracasos, mujeres... Martin Scorsese, el santo pecador
Una deslumbrante serie documental en Apple +, el acontecimiento cinéfilo del año, retrata las luces y sombras del genial director
«Un santo peccatore». Un santo pecador. Así define Isabella Rossellini a Martin Scorsese, con quien se casó en 1979. A la hija de Ingrid ... Bergman y Roberto Rossellini le tocaron los años más salvajes del director, una montaña rusa con éxitos como 'Taxi Driver' y 'Toro salvaje', y fracasos como 'New York, New York' y 'El rey de la comedia'. Consumía tanta cocaína que cuando colapsó y tuvo que ser ingresado, el médico le confesó que nunca había visto tal cantidad de droga en el torrente sanguíneo. Rossellini y Scorsese duraron juntos tres años. Ella se fue con David Lynch; él con la productora Barbara De Fina, la tercera de sus cinco mujeres.
El autor de 'Casino' y 'El lobo de Wall Street', el mejor director estadounidense vivo, es hoy un simpático abuelete de 82 años que aparece en los Tik-Toks de su hija Francesca, de 25, y cuida de su actual esposa, la editora Helen Morris, que apenas puede valerse por sí misma por culpa del párkinson que sufre desde hace 30 años. Pero hubo un tiempo en el que Scorsese pasó de su familia y se fue a vivir con Robbie Robertson. Fallecido hace dos años, el carismático líder de The Band elegía el torrente de canciones que suenan en sus películas.
'Mr. Scorsese', una serie documental de Apple + en cinco episodios de una hora, no esquiva las sombras del genio. Su directora, Rebecca Miller, hija de Arthur Miller e Inge Morath, hurga en la vida familiar del director, que se siente cómodo con ella y responde a todo lo que le pregunta: drogas, matrimonios, fracasos, inseguridades, Harvey Weinstein... El material de archivo inédito es deslumbrante e incluye grabaciones caseras y fragmentos de todas sus películas, de '¿Quién llama a mi puerta?' a 'Los asesinos de la luna'. Temas de los Rolling Stones abren y cierran cada episodio.
La nómina de entrevistados es avasalladora. Robert de Niro aparece junto a viejos amigos del realizador en uno de esos bares de Litte Italy que hemos visto en 'Malas calles' y 'Uno de los nuestros'. También habla Leonardo DiCaprio, una estrella con tanto poder como para facilitar la financiación desde 'Gangs of New York' y salvar la carrera del cineasta. Desfilan asimismo Mick Jagger, Robbie Robertson, su montadora habitual, Thelma Schoonmaker, Steven Spielberg, Sharon Stone, Isabella Rossellini, Jodie Foster, Paul Schrader, Margot Robbie, Cate Blanchett... Si sale hasta el esquivo Daniel Day Lewis (lo que tiene truco, porque es el marido de Rebecca Miller).
Tuvieron que ser tres compañeros de generación, Steven Spielberg, Georges Lucas y Francis Ford Coppola, quienes le entregaran, al fin, el Oscar al director de 'Infiltrados' en 2007. Los cuatro cambiaron el cine americano, pero Scorsese ha sido el único que se ha mantenido fiel a unas obsesiones que ya inspiraron 'Malas calles' en 1973: la fe católica y un acusado sentimiento de culpa, como seminarista que fue; una cámara siempre en movimiento que se mete por todas partes al servicio de un estilo heteredoxo y visceral; una banda sonora de canciones sin descanso.
Crónicas de redención y gracia en las que su autor observa con mirada de etnólogo a taxistas alucinados, púgiles en calvario y gánsteres con prejuicios burgueses. Su cine es ruidoso y frenético, casi histérico, a imagen de la vida americana que refleja. No hay un solo plano inútil, un desfallecimiento en su rabiosa energía. Scorsese es el cineasta más influyente de su tiempo, siempre en pelea con las 'majors'. Es, además, un cinéfilo ilustrado que ha hecho suya la causa de la conservación de negativos y la divulgación de clásicos.
La serie de Rebecca Miller es, sin duda, el acontecimiento cinematográfico del año. Regala imágenes como las del director John Milius disparando su revolver en la fiesta de Nochevieja de 1970 ante un regocijado Spielberg. Scorsese nunca se sintió a gusto en California entre aquellos autores del Nuevo Hollywood. Hasta estuvo a punto de ahogarse una vez que se bañó en la playa. Siguió el consejo de su mentor John Cassavetes, padre del cine 'indie', que cuando vio 'Boxcar Bertha' le recomendó que no volviera a perder dos años en hacer una mierda y hablara desde las entrañas.
Podría haber sido cura o gángster creciendo en Litte Italy, pero resultó una mezcla de los dos. «¿Quiénes somos? ¿Somos intrínsecamente buenos o malos? Esa es la lucha. Yo lucho con eso todo el tiempo», confiesa en el documental, que se estrena en todo el mundo el 17 de octubre.
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