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Las primeras elecciones generales de la democracia sirvieron de telón de fondo a 'Tigres de papel' (1977), la película emblemática para toda una generación de 'progres'. Desde entonces, Fernando Colomo ha picoteado en otros géneros para acabar volviendo siempre a la comedia. Se ha arruinado y resurgido hablando siempre en tono ligero del país que le tocaba vivir en cada momento y de sus cambios sociales.
'Poliamor para principiantes' habla de youtubers en busca de 'likes' y de españolitos desbordados por las nuevas nomenclaturas del sexo –cis, trans, fluido, heteronormativo– cuando, en el fondo, al igual que Alfredo Landa en los 60, lo que quieren es echar un casquete fuera del matrimonio. El punto de partida da juego, pero, por desgracia, el guion del director, coescrito junto a Casandra Macías Gago y Marina Maesso, se queda en la superficialidad y naufraga cuando juega con los equívocos y la parodia del nuevo 'homo hispanicus digitalis'.
Ni el gran Karra Elejalde, padre y manager de un youtuber sin chispa cercano a la treintena, salva la peor película de Colomo en muchos años. La pobre factura técnica, algunos flagrantes errores de casting y la falta de 'timing' hunden en el desastre una comedia sin gracia, que se pone verdulera cuando quiere ser procaz y trasnochada cuando se pretende rompedora. Como si el director de 'La vida alegre' hubiera roto el primer mandamiento de un buen guionista: hablar de lo que se conoce.
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