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'Avatar: El sentido del agua' llega a los cines españoles el 16 de diciembre.

'Avatar: El sentido del agua': un prodigio muy familiar

James Cameron regresa a Pandora trece años después con una aventura de más de tres horas con mensaje ecologista y de defensa de la familia, que trata de resucitar en vano el 3D

Martes, 13 de diciembre 2022, 16:33

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La fanfarria del logo de la Fox con la que arranca 'Avatar: El sentido del agua' siempre provoca un escalofrío. Mucho han cambiado las cosas desde que James Cameron estrenara en diciembre de 2009 la odisea futurista que iba a revolucionar la industria del entretenimiento. Para empezar, la Fox ahora es propiedad de Disney. Los cines están a años luz de las cifras de asistencia que disfrutaban antes de la pandemia. El 3D fracasó. Y la película más taquillera de la historia con 3.000 millones de dólares recaudados no forma parte de nuestra memoria sentimental ni generó un fenómeno fan, a la manera de 'Star Wars' y 'Harry Potter'. Cameron, sin embargo, lo tiene claro. A sus 68 años, el hombre que firmó dos de las mejores secuelas de todos los tiempos, 'Aliens' y 'Terminator 2', ya tiene terminadas otras dos entregas de 'Avatar', que llegarán a los cines en 2024 y 2026. Y ya ha comenzado a rodar la quinta para 2028.

Vídeo. Tráiler de 'Avatar: El sentido del agua'.

La segunda parte que se estrena este 16 de diciembre, ambientada diez años después de los acontecimientos de la primera, constituye el último cartucho de los exhibidores para salvar los muebles este ejercicio. Dura 3 horas y 12 minutos y, sí, es en tres dimensiones. Conviene elegir muy bien la sala donde disfrutarla, porque la experiencia varía muchísimo de una pantalla a otra. Este periodista asistió este martes al pase de prensa en el madrileño cine Paz con unas gafas XpandD con batería, que presumen de ofrecer 60 frames por segundo en cada ojo evitando el parpadeo sin que disminuya la resolución de la pantalla. La realidad es que, pese a la evolución tecnológica, las gafas, especialmente para alguien que ya lleva otras, resultan pesadas y la imagen sigue siendo oscura, como se comprueba al quitárselas en cualquier momento de la proyección. Moraleja: si el 3D funcionara de verdad, todos lo tendríamos en nuestros equipos domésticos.

De vuelta a Pandora nos reencontramos con Jake Sully (Sam Worthington), aquel marine parapléjico que acababa transformado en Navi, un ser azul de tres metros con ojos dorados, cola reptilesca, orejas demoníacas y agilidad y fuerza sobrehumanas. Padre de cuatro hijos con una guerrera Navi (Zoe Saldaña), disfruta de una vida plena en la exuberante naturaleza del planeta: «La felicidad es sencilla», proclama una voz en off que viene y va. Hasta que la llegada de los humanos, en busca de un reemplazo para una Tierra que no da más de sí, viene a alterar esa paz. Los Sully se convertirán en la Resistencia a esa invasión a sangre y fuego.

James Cameron y Sam Worthington con el traje de captura de movimiento.
James Cameron y Sam Worthington con el traje de captura de movimiento.

El autor de 'Titanic' nunca ha ocultado que el germen de 'Avatar' fueron las novelas de Edgar Rice Burroughs, autor de 'Tarzán'. En la jerga internauta, 'avatar' hace referencia a una representación gráfica asociada a un usuario para su identificación; en el significado más espiritual, ligado al hinduismo, es la encarnación terrestre del dios Vishnu. El director de 'Titanic' parece haber fusionado ambos significados en una aventura sin apenas tiempos muertos, que posee por fortuna poca cháchara new age y cuyo mensaje ecologista se trasluce de manera didáctica. El autor de odas al militarismo como 'Aliens' rueda como nadie los prodigios tecnológicos, las naves, aéreas y submarinas, los procedimientos médicos y los exoesqueletos que dejan con la boca abierta. También siguen impactando las escenas en las que conviven Navis y humanos. Todo resulta verosímil.

A su vez, el hombre que ha descendido 11.000 metros a las profundidades del Océano Pacífico saca provecho del 3D en las escenas de naturaleza. En las chispas de fuego que parecen flotar a nuestro alrededor como en una atmósfera de ensoñación féerica; en las flores y extrañas criaturas que habitan las montañas flotantes de Pandora. Cuando a media película la acción se traslada a los arrecifes en los que buscan refugio los protagonistas, el agua se adueña de la función. Los Navi marinos cabalgan prodigiosas criaturas que vuelan y bucean. Una especie de ballenas más inteligentes que los humanos albergan en su interior la sustancia que detiene el envejecimiento. Cameron quiere hablarnos del respeto a la naturaleza, del entendimiento entre especies, de la defensa de la familia como unidad básica de convivencia. El deber de un padre, se escucha varias veces, es proteger a su prole.

Las imágenes submarinas de 'Avatar: El sentido del agua' son lo mejor de la función.
Las imágenes submarinas de 'Avatar: El sentido del agua' son lo mejor de la función.

Otra cosa es que el personaje más memorable de la película acabe siendo el villano (Stephen Lang), que experimenta algo parecido a la paternidad. También salen Sigourney Weaver y Kate Winslet, aunque esta última lo sabemos porque lo dicen los títulos de crédito. Trece años después, no hay muchas novedades en este regreso a Pandora. Como entonces, el aspecto diabólico de los Navi no ayuda a empatizar con ellos. La familia protagonista, cuyos hijos llaman al padre «señor» y a la madre «gran madre», no caen especialmente simpáticos, a pesar de librar una guerra de liberación y de sufrir el racismo de los suyos: los críos son mestizos a ojos de los de su especie. En el fondo, el sentido del honor y de la familia de James Cameron quizá se ha quedado un poco viejuno: «Esta familia es nuestra fortaleza», se escucha. Pero, como en el primer 'Avatar', nadie está aquí por la historia, sino por el espectáculo.

James Cameron en el set de 'Avatar: El sentido del agua'.

«'Avatar' es una carta de amor a la familia»

MARÍA ESTÉVEZ

«Esta película integra los logros de mi vida. Es lo más complicado que nadie ha hecho jamás», presume James Cameron, que con 'Terminator 2' rodó la primera cinta que costó más de 100 millones de dólares y con 'Titanic' la primera en superar los 200. «Si estableces metas ridículamente altas y es un fracaso, fracasarás por encima del éxito de todos los demás. Esta es una historia de aventuras y amor, que hará que los espectadores reflexionen sobre el valor de la familia y la relación entre los humanos y los océanos».

'Avatar: El sentido del agua' ronda los 350 millones de dólares de presupuesto. «Me preocupaba no generar interés después de tantos años, pero cuando lanzamos el primer tráiler y vimos que recibía 148 millones de visitas en 24 horas, dejé de preocuparme», afirma el director. «Es cierto que el mercado se ha contraído debido al streaming y la pandemia, pero la gente está volviendo a los cines. En poco tiempo saldremos de dudas».

Para Cameron, la película es una cinta de aventuras. «Una carta de amor a la familia y cómo la familia te hace más fuerte. Pensé en cómo podía hablar con los adolescentes de una forma que tuviera sentido para ellos». Ajeno a Hollywood en su rancho de Nueva Zelanda, el autor de 'Aliens' se ufana de su independencia. «He tratado de no dejarme engañar por el sistema jerárquico de Hollywood. No me gusta cuando la gente es deferente conmigo porque soy un cineasta establecido. Sigo manteniendo una sensibilidad de clase trabajadora. Trato de vivir con honor, aunque me cueste millones de dólares y me lleve mucho tiempo».

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