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Ha dado vida a mujeres icónicas del cine. Por supuesto, la señora Robinson de 'El graduado', que permanece en el imaginario de millones de espectadores. Pero ha sido también Ana Sullivan en 'El milagro de Ana Sullivan', la doctora Cartwright de las 'Siete mujeres', de John Ford, lady Churchill en 'El joven Winston', Edna, la esposa de Jack Lemmon en 'El prisionero de la Segunda Avenida', la María Magdalena del 'Jesús de Nazareth' de Zeffirelli, la señora Kendal de 'El hombre elefante', de David Lynch, la madre abadesa de 'Agnes de Dios' o la maravillosa Helene Hanff de 'La carta final', junto a Anthony Hopkins.
Anne Bancroft, de auténtico nombre Anna Maria Louisa Italiano (Nueva York, 17 de septiembre de 1931 – Nueva York, 6 de junio de 2005), sintió la vocación artística desde la niñez. A los cuatro años ya comenzó a tomar clases de interpretación y de baile. Estudió en la Academia de Arte Dramático en Manhattan y en el mítico Actor's Studio. Tras ser atraída por Hollywood y cambiar su apellido por el de Bancroft a petición del productor Darryl Zanuck, hizo su debut en el cine en 1952, año en el que firmó un contrato de seis años con la 20 Century Fox, con 21 años, apareciendo en 'Niebla en el alma', junto a Marilyn Monroe.
Sus rasgos latinos (sus padres eran italianos) no la hacían recomendable como heroína romántica a los ojos del Hollywood de los 50, pero eran ideales para personajes poderosos y enfáticos. Pese a ello, los papeles que tuvo que interpretar no le resultaron interesantes, por lo que Bancroft dejó Hollywood y regresó a Nueva York para actuar en el teatro. Permaneció durante cinco años en los escenarios de Broadway con notable éxito, y ganó dos premios Tony, el primero junto a Henry Fonda por 'Two for the Seesaw', en 1958 y el segundo en 1960 por 'El milagro de Anna Sullivan', función dirigida por Arthur Penn, que cuando el director decidió llevarla a la pantalla la recuperó para el cine. Por dar vida a la profesora Helen Keller en la pantalla obtuvo un Óscar a la mejor actriz principal y el Premio de Interpretación del Festival de Cine de San Sebastián. Con este éxito se convirtió en una estrella de Hollywood, que por fin podría demostrar su talento en el cine.
Bancroft se casó por primera vez en 1953 con un contratista de obras y se divorció cuatro años después. En 1964 se casó con el director Mel Brooks, un cineasta en las antípodas del cine que interpretaba, con el que tuvo un hijo: Max Brooks, y con el que permaneció hasta su muerte.
A la vez, las películas con Anne Bancroft comienzan a ser grandes éxitos: 'Siempre estoy sola' (1964), de Jack Clayton, como una esposa obsesionada por un bebé por la que fue nominada al Oscar, 'Siete mujeres' (1966), que sería la última película de John Ford, en la que interpreta a una doctora sensata que en China se sacrifica para salvar a un grupo de misioneras rehenes, y 'El graduado' de Mike Nichols, en el que hizo el papel de señora Robinson seduciendo a un joven Dustin Hoffman, a las órdenes de Mike Nichols, que fue un éxito sin precedentes y que supuso para la actriz una nueva nominación al Oscar.
La frase de Dustin Hoffman en el filme «Señora Robinson, ¿está intentando seducirme?», dio la vuelta al mundo. «Cuando los hombres me conocen siempre tienen esa película en la cabeza», diría en una ocasión. Curiosamente la actriz tuvo muchas recomendaciones que le aconsejaron que no aceptara el papel porque se trataba de una mujer madura «que tiene relaciones sexuales con un hombre joven». Sin embargo, para Brancroft la señora Robinson era «una mujer con sueños irrealizados, relegada a una vida convencional con un esposo convencional».
Desde entonces Bancroft fue una actriz consagrada, que hizo numerosas películas en papeles principales: 'El Joven Winston' (1972) de Richard Attenborough, 'El prisionero de la Segunda Avenida' (1975), película basada en una obra de Neil Simon co-protagonizada por Jack Lemmon, 'Paso decisivo', junto a Shirley MacLaine (1977), nuevamente candidata al Oscar, 'Fatso' (1980), que también escribió y dirigió, 'El hombre elefante', de David Lynch (1980), 'Soy o no soy' (1983), un remake paródico de 'Ser o no ser' de Lubitsch, a las órdenes de su marido Mel Brooks, 'Buscando a Greta' (1984) de Sidney Lumet, 'Agnes de Dios' (1985), junto a Jane Fonda, su cuarta nominación al Oscar, la extraordinaria 'La carta final' (1987), junto a Anthony Hopkins o 'Trilogía de Nueva York' (1988). Todavía en los 90 protagonizaría importantes películas: 'La Asesina' (1993) de John Badham, 'Mr. Jones' (1993) de Mike Figgis, 'Donde reside el amor' (1995), 'La Teniente O'Neill' (1997) de Ridley Scott o 'Grandes esperanzas', al lado de Ethan Hawke, Gwyneth Paltrow y Robert De Niro.
Anne Bancroft murió el 6 de junio de 2005 a los 73 años a causa de un cáncer de útero. «Me retiro después de cada proyecto», dijo una vez en una entrevista al 'New York Times'. «Luego, de alguna manera siempre hay algo que me impide retirarme». «Tenía una mezcla de talento, humor, sinceridad y sentido común difícil de encontrar en ningún otro artista. Su belleza se transformaba constantemente según el papel que interpretara y, como la gran actriz que fue, su versatilidad era extraordinaria», dijo de ella Mike Nichols. «Si tuviera que elegir a uno de entre todos los actores y actrices con los que he trabajado, elegiría a Anne Bancroft, la Anna Sullivan de 'El milagro de Ana Sullivan'», aseguró Arthur Penn, que la dirigió en el teatro y en el cine.
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