Secciones
Servicios
Destacamos
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Opciones para compartir
Manuel Martín Cuenca (El Ejido, Almería, 1964) ha sido padre por primera vez hace poco, pero jura que el guion de 'El amor de Andrea', en los cines desde el 22 de noviembre, es anterior. El director de 'La flaqueza del bolchevique' y 'Caníbal' se acordó durante la pandemia de una historia que había rumiado junto a la guionista Lola Mayo sobre una chica, hija de padres divorciados, que se resiste a perder el afecto de su padre. ¿Se puede demandar el amor?
Andrea (Lupe Mateo Barredo, una estudiante gaditana de Bachillerato artístico de 17 años que se pone por primera vez ante la cámara) estudia en el instituto, cuida de sus dos hermanos y lee en la playa 'Juan Salvador Gaviota', el best seller de Richard Bach. Su madre se pasa el día trabajando y su padre no quiere verles desde que se separó y se fue a vivir con otra mujer.
«Cuando uno tiene hijos hay una responsabilidad, pero el corazón de cada uno da lo que da», precisa el director. «Al final, la familia es un constructo social y cultural. Nos dicen que nuestros padres nos tienen que amar incondicionalmente, pero no siempre es así. Al final, la familia verdadera es la que tú construyes, la de los afectos».
François Truffaut, el cineasta que mejor habló de la infancia, sostenía que si no queremos a nuestros hijos, ellos buscarán el amor en otro lado. Andrea se pregunta por qué su padre no quiere ni verla. Y hasta llega a los juzgados para reclamarle su obligación de quererla. Martín Cuenca retrata a chavales que se comportan como adultos y a mayores que son como niños. «Como en la vida real: adultos tarados con dinámicas tóxicas y adolescentes que buscan un camino en la vida y que son más puros que nosotros».
El director de 'La hija' acostumbra a investigar antes de sus rodajes. Descubrió que en esta clase de litigios los menores no pueden entrar en los juicios ni tienen capacidad legal para demandar a sus padres, ha de hacerlo un adulto. Existe la figura del defensor judicial, que ampara los derechos del menor en vista de que los padres no los protegen. Puede ser un amigo, un abogado o un maestro, como en la película.
No suceden grandes dramas en 'El amor de Andrea', su protagonista no cae en la delincuencia, ni en las drogas, ni se autolesiona. «No quería retratar a la juventud como una banda de irresponsables, tal como sucede muchas veces en las series y el cine», asiente el director. «Son personas en un momento crucial de sus vidas, a las que les importa la construcción de los afectos: familia, amigos, amores... Tienen discernimiento, sentimientos y capacidad para entenderlo todo, aunque a veces los adultos los menospreciamos y sobreprotegemos».
Lo fácil hubiera sido retratar a un padre alcohólico y maltratador, pero el progenitor de Andrea es un currela de los astilleros, un buen tipo autista a nivel emocional. Martín Cuenca aboga por revisar la masculinidad. «Este hombre se ha sentido desplazado de su familia y no ha sabido entender que su mujer es una y sus hijos son otros. Yo pertenezco a una generación educada en el machismo, y ahora hemos tenido que evolucionar».
Además de conmover, 'El amor de Andrea' reivindica la educación pública: «Profesores heróicos, que nos han transmitido la idea de amor al conocimiento y que van más allá de dar clase. Siguen existiendo», afirma el director. Un Cádiz invernal, ventoso, bañado en la luz atlántica, también es esencial en una historia con banda sonora de Vetusta Morla, que se escribió en la ciudad andaluza, donde se reclutó a la mayor parte del reparto tras un casting al que acudieron 5.000 personas. «El viaje por la bahía de la protagonista es como una pequeña aventura. Esta historia solo podía transcurrir en Cádiz», zanja Martín Cuenca.
El director de 'El autor' podría haber contado con actores conocidos en aras a la comercialidad, pero entendió que los auténticos protagonistas eran los niños. 'El amor de Andrea', consiente, será el inicio de una nueva etapa en su cine, más luminosa y esperanzadora. «Uno evoluciona, no es el de hace veinte años. No sé cuál será la próxima película, pero intuyo que a partir de ahora haré dramas sobre las ganas de vivir. Hasta en situaciones de guerra como las que estamos viviendo los niños siguen queriendo jugar».
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.