Borrar

Un mundo feliz

Frecuencia Modulada. «Hay que inyectar dinero en carreteras y alimentar el pesebre de la política insular» Rebeca Chacón

Jueves, 1 de enero 1970

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La luz lo cambia todo. Vas dando saltos por el campo y un rayo de sol atraviesa las margaritas mientras a lo lejos las montañas dibujan un horizonte de esperanza. Vives en un mundo feliz, sin sombras que enturbien el espejismo de una Canarias que camina hacia el «cambio de modelo productivo». Es lindo, tanto que no alcanzas a entender cómo el PSOE, Nuevas Canarias y Podemos no se embarcan con los ojos cerrados en este crucero de lujo que sólo deja en tierra a 937.000 canarios que viven en riesgo de pobreza.

Porque el mundo no es negro ni blanco, está lleno de colorines por mucho que el 44,6% de la población de las islas se empeñe en seguir viendo solo el gris. «¿Es que esos canarios que ingresan menos de 685 euros al mes no ven que están creciendo la industria, la economía azul y el sector de las nuevas tecnologías?», se pregunta el presidente Fernando Clavijo cuando el Parlamento regional lo cita para hablar de lo que sufre casi la mitad de los ciudadanos del archipiélago.

El dilema que plantea el jefe del Gobierno canario no es nuevo: ¿es mejor dar de comer a un pobre o enseñarlo a plantar y a coger una caña para alimentarse? Evidentemente, en un mundo feliz, lo suyo es que todos tengan un trabajo, un sueldo digno y al menos un techo bajo el que cobijarse. Esa fórmula lleva al éxito seguro y alejaría de un golpe a Canarias de las cinco regiones de Bulgaria y Rumania que la colocan en el vagón de cola de la pobreza en Europa.

El problema está en que, mientras llega el tan cacareado cambio de modelo productivo, cuatro de cada diez canarios corren riesgo de exclusión social y necesitan el apoyo urgente de su sociedad para salir del pozo de la pobreza. Quizás por eso sea difícil de entender la resistencia del Gobierno de CC a mejorar por ejemplo la cuantía mensual de la PCI en un presupuesto autonómico que sube de golpe y porrazo casi 1.000 millones de euros.

Es evidente que en año preelectoral resulta más práctico inyectar dinero en carreteras para que el pesebre de la política insular pueda alimentarse del corte de cintas en inauguraciones. Esa táctica -marca de la casa- siempre le ha ido estupendamente a los nacionalistas porque refuerza su estructura local, la base de la pirámide que sustenta a CC desde hace 24 años. La luz volverá pronto a los tractores y al asfalto de las islas, pero el mundo feliz continuará lejos de aquellos que pelean por llegar a fin de mes.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios