Mensaje en una camiseta
A la última ·
Yo me pongo la mía de los Ramones y no parezco una vieja rockera, sino una rockera viejaA partir de una edad, son muy pocos los que pueden lucir una camiseta con mensaje sin resultar una ridícula parodia de sí mismos. Chrissie ... Hynde, por ejemplo. Setentona, la veo en una foto con una camiseta de Motörhead y me la creo. Mantiene esa dignidad chulesca, esa actitud desafiante, ese ojo pintado al carbón. Yo, en cambio, me pongo la mía de los Ramones y no parezco una vieja rockera, sino una rockera vieja. Es igual, pero no es lo mismo.
Peor que una cincuentona con una camiseta de los Ramones es que utilicen el 'Blitzkrieg Bop' («Hey Ho! Let's Go!») en el congreso del PP y que, para rematar, los asistentes la conviertan en «Hey Ho! Feijóo!». En fin, qué punki todo. Como los chiquillos de Nuevas Generaciones, jóvenes emprendedores donalgodoneros que colocaron un puesto de pingos con eslóganes propios («Muy españoles y mucho españoles», «No soy presidente porque no quiero») y ajenos («Buenos, son las cinco, no he comido»). Faltaban el «Déjame beber tranquilo» de Aznar y el «Sí, nos gustan las cañitas» de Díaz Ayuso. Lo hubieran petado entre los canallitas engominados.
Mejores lemas camisetiles que la presidenta madrileña nos ha dado Lucía Pariente, madre de Alba Carrillo: «En mis bragas mando yo», dijo hace unos años. Están tardando en hacer una camiseta con esa frase para venderla en el congreso del PP, en el Comité Federal del PSOE y en Toldos Manolo, que el machismo, transversal y estructural, está presente en cualquier organización, sea del tipo que sea: no entienden, o no quieren entender, que no nos pueden poner una mano encima, ni babosearnos, ni humillarnos, ni amedrentarnos. A ver si así, con mensajes bien simples, se coscan. Y puestos a la altura del pecho. Seguro que los leen.
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