Ya lo dijo Benavente
Si piensas que los radicales siempre son los otros, rebusca las palabras de nuestro Premio Nobel
Marta San Miguel
Miércoles, 17 de septiembre 2025, 23:16
Aestas alturas, a todos en algún momento nos ha atravesado la vida una desgracia. La muerte de un familiar, un divorcio, un accidente de coche, ... un diagnóstico, una agresión, perder un trabajo… Cuando esto sucede, es como marcar en rojo el calendario vital, y la memoria, desde ese momento, tiene un hito que divide en dos nuestra historia: somos las cosas que nos ocurrieron 'antes de' o 'después de'. Como con Jesucristo. No es cuestión de hurgar aquí en la herida individual, sin embargo estos días pienso en la capacidad de aislamiento que provocan las desgracias: el mundo se para y tú te paras con él, pero a la mañana siguiente, cuando sale el sol y la vida y sus costumbres siguen adelante, la indiferencia colectiva te hiela la sangre.
Pienso en ello cuando acribillan lo último que queda de Gaza, cuando Ucrania suma tres años de guerra, pero también cuando en la calle donde vivimos cierra otro negocio, cuando te citan en 2026 para una ecografía por un bulto en el cuello, o cuando matan a tiros a un 'influencer trumpista' de ideas reaccionarias y hay quien lo aplaude. En este contexto, la normalidad de que los coches arranquen y los aviones despeguen, y en el supermercado haya fruta y pescado fresco, y los anuncios se aventuren ya a anunciar Halloween, es difícil de digerir. Y sin embargo, menos mal que sucede.
Decía el escritor Jacinto Benavente que, en la vida, lo más triste no es ser del todo desgraciado, sino que nos falte muy poco para ser felices y no podamos conseguirlo. Por eso, hay algo inclemente en zurrarnos como lo estamos haciendo mientras la Historia está marcando en rojo nuestro tiempo en sociedad. Sí, han reventado la Vuelta a España a consignas, nuestro país no irá a Eurovisión si está Israel, y en los colegios de Madrid han prohibido las banderas de apoyo a Palestina. Ante semejante cisco mediático y moral que hay montado, no está de más recordar que la indiferencia colectiva es un hecho, pero la indiferencia individual, una opción.
Han pasado dos años desde el ataque de Hamás a Israel que ha provocado casi 70.000 muertos, han pasado más de tres años desde que Putin lanzó su primer ataque a Ucrania, y no sé cuántos titulares sádicos nos ha dado Trump desde que llegó a la Casa Blanca. Así que hablemos de la voracidad con que estamos defendiendo nuestras posturas, porque esta violencia política es un hito que va a dividir nuestra memoria. Si piensas que los radicales siempre son los otros, recuerda a Benavente, nuestro Nobel de Literatura: «El único egoísmo aceptable es el de procurar que todos estén bien para estar uno mejor».
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